La UDI es nuevamente el centro en un nuevo caso de corrupción que involucra a los parlamentarios de dicho partido pinochetista y a la Fundación Jaime Guzmán, ligada al partido, que consistía en el traspaso de dineros públicos a dicha organización por informes que eran idénticos y cuyo contenido es posible obtener por canales abiertos del mismo Congreso.
Más de $300 millones fueron los traspasado mediante el fraudulento sistema que consistía en el pago que 20 parlamentarios de la UDI hacían a la Fundación ligada al trabajo legislativo de dicho conglomerado por informes que eran idénticos tanto en contenido como redacción.
La arista forma parte de una investigación realizó el medio CIPER sobre el pago que parlamentarios hacían a asesores externos ligados a sus mimos partidos por informes que eran copias de otros obtenidos en internet y que hoy CNN y CHV volvieron a poner sobre la palestra luego que consignaran que el modo en que opera la UDI y Fundación Jaime Guzman para dicho fin.
“20 parlamentarios tienen el mismo informe y cada uno pagó por ese mismo informe. Son idénticos en contenido y en redacción” señaló la periodista de CHV Silvia Oramas en referencia al contrato entre 20 parlamentarios UDI con la Fundación Jaime Guzmán por informes que mensualmente le reportan ganancias por $10 millones mensuales de dineros públicos y que el mismo organismo señaló por medio de un comunicado que “tiene un único contrato con 20 diputados de la UDI, los cuales aportan $500 mil cada uno para la realización de nuestros labores. Debido a que es un solo contrato, se realiza un solo informe mensual que se distribuye en 20 ejemplares con toda la asesoría legislativa desarrollada por la fundación en el mes que corresponda”.
La defensa de los parlamentarios gremialista se enfoca en que no puede cada uno contratar asesores por cada tema así que entre todos pagan a “este equipo” con dineros asociados a asesorías externas, y a una organización ligada a su mismo partidos.
El cuestionamiento va a que los informes que pagan por separados son los mismos, lo que recalca el ex fiscal Carlos Gajardo “bastaría que solo uno lo adquiriera para que pueda ser compartido entre todos los demás, sobre todo porque eran una misma bancada, y, por lo tanto, más parece ser que hay ahí una forma de financiar a un determinado instituto o fundación para los efectos de que realice un trabajo de apoyo legislativo. Pero la fórmula al menos que se utiliza, no parece, creo yo, estar acorde con parámetros mínimos de probidad y de transparencia”.
La suma por los informes copiados desde 2018 a la fecha llega a la suma de 333 millones de pesos, destacando entre los que más pagaron por ellos, el actual ministro Jaime Bellolio, que entre enero a julio traspasó $4.900.000 de fondos públicos mientras era diputado el que se defendió señalando “cumplen absolutamente las disposiciones y exigencias de la Cámara de Diputados y sus asesorías, cuyos informes fueron entregados en tiempo y forma, respondían enteramente a lo requerido”.
Desde Chile Transparente explicaron sobre la elaboración de estos informes que “lo que existe es un mal uso de un sistema que debiese ser absolutamente residual. Un Congreso moderno lo que debiese tener, y que lo tiene nuestro Congreso, es una biblioteca que provea de esta información a los parlamentarios y que en caso muy específicos, con autorizaciones muy específicas, se pueda recurrir a estos informes externos”.
En el reportaje se da cuenta al analizar los informes de la Fundación Gremialista que estos contienen contenido que está disponible incluso en la página de la Biblioteca Congreso Nacional, sobre lo que Gajardo puntualizó “me parece que en esos casos más bien lo que hay es una forma incorrecta de intentar financiar a un instituto o a una fundación que apoya el trabajo parlamentario, pero que tendría que tener formas de financiarse mucho más transparentes”.
Refuerza lo anterior la integración del directorio de la Fundación Jaime Guzmán por relevantes miembros de la UDI; Jovino Novoa, Hernán Larraín, José Antonio Kast, Andrés Chadwick, Edmundo Eluchans y Juan Eduardo Ibañez.
