De Talca a Aguas Frías, el plan de resistencia del Intendente Germán Castro el día del golpe de estado.

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Germán Castro recibiendo al Presidente Salvador Allende en el salón O´Higgins del segundo piso de la Intendencia en marzo de 1971

En la precordillera maulina, el 11 de septiembre de 1973, era detenido, Germán Gustavo Castro Rojas, Intendente de Talca, de tan solo 33 años de edad, talquino, de profesión Contador y militante del Partido Socialista de Chile, junto al grupo que lo acompañaba camino a la Hacienda de Aguas Frías como dictaba el plan de resistencia que habían preparado para el día en que el golpe de estado se diera en el país. Sin embargo las cosas no salieron como estaban planificadas siendo detenidos, torturados, exiliados e incluso, en el caso de Castro, ejecutados por la dictadura cívico-militar que en tan solo un día tumbó a la Unidad Popular y desató al régimen de terror.

Tras el gran misterio que ronda sobre la detención de Castro, en el Diario El Centro, los compañeros Waldo González, Luis Vizcaya y Manuel Araya, que estuvieron junto al intendente el día de su detención, cuentan la versión alejada de aquella oficial que publicara en 1973 el Diario La Mañana señalando que la máxima autoridad regional de ese entonces junto a quienes lo acompañaban buscaban “volar el embalse de La Laguna del Maule y volar la Planta Cipreses” dejando a “Talca (…) inundada en pocos momentos”.

En su relato con el medio local, González relata que el plan estaba preparado con una anticipación de cinco a seis meses cuando ya la Unidad Popular se planteaba el escenario en caso de un golpe de estado y los líderes del conglomerado de gobierno en la región pensaban en la movilización social en la zona pero sin enfrentamiento dado que sabían que no contaban con la capacidad para ello, así la idea era irse a la precordillera de Molina, a la Haciendo Aguas Frías, lugar que había sido expropiado durante la reforma agraria y que estaba en manos de campesinos en ese entonces ya que se necesitaba “reubicar el gobierno en rebelión en un punto determinado y defenderlo ahí”. Trabajo, relata Waldo, les fue entregado por el Comité Central del PS para “preparar y resguardar un punto de protección para las altas magistraturas de este país” incluido el Presidente Allende si es que estallaba una guerra civil y en Santiago se hacía insostenible todo. Araya agregaría a ello que todos los representantes de la UP debían plegarse hasta el sector, cosa que llegado el día no sucedió.

Waldo González era en ese entonces funcionario de la Dirección General de Aguas y secretario del Intendente Castro y relata que el día previo al golpe encontró a Germán Castro el cual le dijo que se fuera a dormir  porque el día siguiente sería “duro”. Al día siguiente despertaría con las llamadas telefónicas que informaban de movimiento extraños en Santiago, se despidió de su esposa e hijos y fue hasta la Intendencia a la que llegó cerca de la nueve de la mañana.

Luis Vizcaya, también funcionario de la DGA recuerda que el día anterior al golpe se encontró con Germán Castro coordinando su ida a Molina en búsqueda de un vehículo volviendo esa misma noche a casa de su madre a dormir “A las siete de la mañana me despierta mi madre diciéndome que escuche la radio porque el Presidente estaba hablando”, luego de eso partiría a la Intendencia en donde se encuentra con el Intendente el cual le aconseja no volver a su casa porque la carretera estaba llena de militares, Vizcaya entendió entonces “Sabíamos que íbamos a actuar, que no nos íbamos a quedar”.

Por su parte Manuel Araya, funcionario de la Dirección de riego cuenta que estuvo con Germán Castro hasta cerca de las tres de la madrugada ya que debían redactar un discurso que sería leído el 11 por radio Minería que buscaba llamar a los trabajadores y organizaciones a la calma y a permanecer alertas. “Estuve hasta las tres de la mañana y me fui a alojar a tres cuadras de la Intendencia. Me levanté a las siete de la mañana y por la radio escuché el golpe.” Al otro día, el discurso tuvo que romperse.

En la Intendencia todos tienen dudas de qué tan involucradas estaban las fuerzas armadas, pero por sobre todo qué sucedería con el gobierno de Salvador Allende, esto entre las 8:00 y las 10:00 hrs. Sin embargo, las comunicaciones comenzaron a fallar, era imposible contactarse con el Ministerio del Interior. En medio de todo este caos e incertidumbre, Araya decide irse a la sede del Partido Socialista, que estaba justo frente del Banco Estado, para sacar la información que comprometiera a la militancia del partido, lo mismo harían otros integrantes de grupo en fábricas de la ciudad.

Vizcaya recuerda que poco después de las 8:00 hrs. Castro recibe un llamado telefónico de Efraín Jara, del Regimiento de Montaña 16 de Talca, quien, le señala que tiene orden de tomarse la Intendencia, ofreciéndole seguridad para él y sus más cercanos. Castro le pediría un cuarto de hora para presentarse al Regimiento, donde debía entregarse.

González cuenta “No podíamos esperar 15 minutos y permitir que Germán se fuera a entregar. En primer lugar, él no lo iba a hacer, en segundo lugar, eso precipitaba todo.”

A los funcionarios de servicio que permanecían al Ministerio del interior no se les informó de que, una veintena de personas, incluido el Intendente partirían a la Cordillera. La versión oficial que por 40 años ha circulado, era que el grupo tenía la intención de dinamitar la Laguna del Maule e inundar la ciudad y provocar un gran apagón saboteando la central Cipreses.

Waldo comentar en la entrevista que quienes iban a realizar el viaje eran aquellos que habían tomado la decisión voluntaria “todo fue así con pequeñas conversaciones y pocos gestos”. Unos cuantos minutos después de las 10:00 de la mañana se efectúa la salida de manera secreta. El acuerdo era que todos los viajes debían partir en diferentes horarios, haciendo los recorridos por el sector cordillerano hacia la Hacienda de Agua Fría, esto porque la actual 5 Sur, estaba llena de militares.

No obstante, la historia oficial que ha circulado por 40 años, es que el intendente German Castro y el resto del grupo asaltaron el retén de Paso Nevado, y que habrían matado al cabo primero de Carabinero, Orlando Espinosa, abatido por seis balas en el cuerpo, mientras a otro lo habían tomado como rehén.

González aclara en su testimonio, que una vez que llegaron al lugar, no se encontraba el grupo de campesinos que se suponía los iba a estar esperando en lo que actualmente se conoce como El Colorado, por tanto, deciden ir a ver como estaba el Retén, pero la Barrera estaba abajo y era imposible que el vehículo avanzara. Germán Castro tiene una conversación con uno de los uniformados, a quién le pide que levante la Barrera, “en ningún momento se nos pasó por la mente atacar el retén” agrega González. Germán se baja sin armas, aunque los demás si portaban algunos revólveres y pistolas.

El relato continúa señalando que mientras uno de los carabineros les dice que tiene orden de no levantar la Barrera y mientras otros se acercaban a la barrera, el cabo Espinosa sacó un fusil desde el interior del retén y dio un rafagazo. El grupo se termina atrincherando en una zanja justo al costado del retén y desde ahí sacan sus armas y comienzan a disparar a ciegas hasta que una de las balas hiere al carabinero Espinosa. El hecho es profundamente lamentado por quienes relatan lo sucedido.

Lo que siguió a eso, señalan, es que el carabinero salió del retén con una herida al costado del tórax en estado consciente siendo revisado por el grupo. Germán Castro junto a Waldo González acompañarían caminando al carabinero herido hasta la Posta de Paso Nevado donde constataron que su herida era leve y en ningún caso era mortal. “En el trayecto Germán le pidió disculpa y le dijo que como se le ocurría dispararnos, porque puso en peligro la vida incluso de otro carabinero que conversaban con nosotros El cabo sólo le decía que eran órdenes que tenía que cumplir” relató González.

Mientras el resto del grupo, aprovechó el momento, desarmaron al otro carabinero, al que retuvieron por unos minutos, mientras tomaron radios del retén y algunas armas.

Los protagonistas de este hecho recuerdan que Germán Castro estaba muy molesto por la situación. Un par de kilómetros más arriba se deja en libertad al carabinero retenido el que vuelve al retén, arregla la radio del recinto e informa de lo que había sucedido. El cabo Espinosa fallecería unos días más tarde, los protagonistas señalan que es imposible que haya muerto de 6 balazos y afirman que siempre su fallecimiento estuvo llenos de dudas.

Pasado el incidente en el retén, el grupo continuó, encontrando en el trayecto, en el sector de Armerillo, a un grupo de mineros que los ayudó, para que continuaran con su camino. Ahí cargan unos de los vehículos con un saco de dinamita, mientras los mineros colocan una barrera en el puente que estaba ubicado en el sector para retrasar a las fuerzas de los militares y carabineros que los perseguía. Mientras avanzaban hacia el sector de Los Cipreses, van sintonizando la radio y escuchan el último discurso de Allende, fue ahí cuando pararon. “Los ánimos estaban por el suelo, ahí se dieron cuenta que podían ser sus últimos minutos de vida.”

Fue en esos instantes cuando sienten los disparos de uniformados que venían tras de ellos, los civiles se despliegan para combatir y repeler el ataque: es el primer gran enfrentamiento. Germán da la instrucción de que algunos vehículos avancen y otros defiendan más abajo. Las tropas del ejército destruyeron los vehículos a balazos, hirieron a la mayoría de la veintena de personas que iban en los autos. Es asesinado Hugo Miño, quién trabajaba en la Dirección General de Aguas, atravesado por una Ráfaga de 9 tiros que lo impactan desde el hombro hacia abajo en forma cruzada, siete balas perforaron el torso, una en el pie y otra el cuello.

Tras los intensos minutos de balacera y enfrentamiento Germán Castro no pudo llegar a su destino y la misión quedó interrumpida.

Como resultado María Angélica Benavides, Hugo Miño, Luis Contreras, Luis Valdés, Francisco Valdés, Luis Vizcaya, Vladimir Vega, José Muñoz, Juan Rivas, Gabriel Mariscal, Waldo González caen detenidos y son trasladados a Talca. Manuel Araya, Antonio Salinas, Sergio Bravo, Edison Aravena, Manuel Campos, Luis Acevedo y Raúl Rojas logran dispersarse por los cerros y escapan de la acción de los uniformados.

El momento de la detención señala Gonzalez que “nos amarran con alambres y a los cuerpos que subieron al camión se ensañaron subiéndose a golpearlos y con los pies y las culatas nos quebraron los dedos de las manos, fue brutal”. Germán Castro sería el más maltratado por decir que asumía la responsabilidad de todo.

Trasladado a Talca pasaría por el hospital de la ciudad, otros serían enviados a la Tercera comisaría para finalmente llegar a la cárcel en calidad de incomunicados, acusados de once delitos para terminar siendo condenados a muerte. Germán Castro sería el único ejecutado, los demás recibirían la pena de cadena perpetua y pasarían cinco años más presos hasta acogerse a la Ley de Amnistía sin embargo también fue dictado el decreto que los obligaba a abandonar el país en 24 horas bajo pena de muerte.

El Obispo Carlos González y la Vicaría de la Solidaridad los acogería clandestinamente hasta tener los recursos para poder salir de Chile.

Por su parte el intendente Germán Castro luego de pasar por la Comisaría y permanecer en la cárcel hasta el 26 de septiembre, fue trasladado finalmente hasta el Regimiento Chorrillos N° 16 donde fue ejecutado supuestamente tras un consejo de guerra la madrugada del 27 de septiembre de 1973, a las 00:05 horas, por un pelotón de carabineros en el Regimiento de Talca, a pesar de que el Obispo Carlos González, que lo acompañó en aquel terrible momento, hiciera esfuerzos por evitar su fusilamiento.

“Viva el socialismo” fue su última frase, que posteriormente el Obispo le revelaría al resto de los prisioneros.

Investigaciones posteriores sobre los hechos que se dieron hasta la ejecución de la que fuera objeto la máxima autoridad en la región durante el gobierno de la UP, consigna, según declaraciones de un miembro del grupo que cayó detenido, del alcaide de la Penitenciaria de Talca y de un miembro del Regimiento de Talca en el mismo año, que éste fue torturado cada vez que fue interrogado.

También el relato de una Técnico Paramédico que señala que estando de turno, se recibió a Germán Castro a eso de las 22:30 horas del 26 de Septiembre de 1973 al que realizaron radiografías junto con la evaluación médica con indicación de colocación de yeso por la presencia de fracturas en el brazo y antebrazo izquierdos.

Otro antecedente recopilado sobre la muerte de Castro es la de un ex teniente de carabineros que asegura que el 26 de septiembre recibió de parte de sus superiores orden de dirigir un pelotón para ejecutar a Germán Castro a las 00:00 hrs., agregando que los paramédicos del lugar indicaron que Castro no murió por los disparos inmediatamente por lo que él mismo le dio el “tiro de gracia”.

Junto a eso se cuestiona, por el propio informe Rettig, que existiera un Consejo de Guerra que haya tomado la decisión de la ejecución que un Juez Militar debió sancionar posteriormente, concluyendo que nunca existió sentencia que condenara a Germán Castro y que todo se hizo al margen de cualquier proceso judicial.

Lo anterior es refrendado por testimonios calificados que consignan que el 27 de septiembre, cerca de las 21:00 hrs., se produce una deliberación de cuatro oficiales en el Regimiento Talca que dispuso ejecutar el ex Intendente, lo que contrasta con la versión oficial entregada que asegura que Castro fue ejecutado en la madrugada de ese día por lo cual lo deliberado en el Regimiento no se ajusta ni a un Tribunal en tiempo de guerra ni a un proceso legalmente tramitado ya que ni siquiera se garantizó el derecho a defensa del ejecutado.

Sobre la investigación, en julio de 2019, el ministro Carroza informaba que “el intendente Germán Castro fue condenado a muerte sin un fallo y estamos realizando diligencias en los distintos puntos donde fue trasladado. Quiénes firmaron la orden, conformaron el pelotón de fusilamiento y torturaron están identificados y esperamos, finalizada la investigación, ejecutar condenas”

Fuente: Diario El Centro.-

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