A siete meses de aquella noche del 26 de noviembre del año pasado en la cual se daba noticia de que una trabajadora, Fabiola Campillai, era víctima del ataque de carabineros, los cuales le dieron con una lacrimógena en la cara mientras la mujer esperaba locomoción para ir a su trabajo, apareció un video del momento del hecho que sería clave para identificar al uniformado responsable de haber dejado ciega a Fabiola.
La aparición de un registro audiovisual de la noche y en el lugar en donde la noche del 26 de noviembre la mujer de 36 años esperaba locomoción para ir a su trabajo, estando lejos de la barricadas, recibió en el rostro y a corta distancia una lacrimógena que a la postre le causó la perdida de la vista, impidió que carabineros cerrara su sumario interno y da, a siete meses, pistas del responsable de la agresión policial.
A siete meses sin un culpable, el video que podría dar pistas, llegó a manos de la fiscal Paola Zárate luego de que ésta pidiera los resultados del sumario interno que carabineros realiza a propósito del hecho, situación que impidió a la institución cerrar el proceso.
La fiscal señaló a La Tercera que “Se aprecia una situación poco clara respecto a una exclamación realizada por personal de Carabineros al momento del tercer disparo realizado por el capitán Patricio Maturana Ojeda, de la cual uno de los funcionarios, el cual no ha sido identificado indica: ‘tranquilo, tranquilo si no llegó’. Sumada a dicha situación, al término del video (grabado con cámara GoPro del capitán Jaime Fernández) en la patrulla compuesta por el capitán Fernández Sepúlveda, el conductor y otro funcionario del cual aún no se mantienen antecedentes, se produce un breve diálogo, utilizando la expresión ‘¿se la pitió, verdad?’ ‘El Matu parece que le pegó, le pegó con una..’, dicho que a opinión de este fiscal en comisión debe ser investigado”.
Si bien no deja totalmente claro quien es el culpable si da luces para dar con él, a esto se suma al informe psicológico que el Servicio Médico Legal le realizó a la víctima del ataque policial que señala que al día de hoy ella “Ya no tiene rabia, aunque sabe que su agresor sigue trabajando y haciendo su vida normal. Utiliza medicamentos para dormir. Tiene miedo a los carabineros, porque sabe el nivel de agresividad que tienen, porque los vio desde su casa, antes de su agresión. No encuentra respuesta de lo que le hicieron”.
Fuente; La Tercera.