En medio de la pandemia muchas problemáticas que venían arrastrándose, y eran incluso parte de las demandas que fueron levantadas por la revuelta popular, han pasado a segundo plano, pero no por ello han dejado de afectar fuertemente a los sectores más golpeados por el sistema en desmedro de los grupos empresariales. Uno de estos casos es la profunda crisis hídrica provocada en parte por el calentamiento global y en parte por el saqueo industrial del recurso que se ha agudizado a causa de la pandemia.
La sequía que continúa.
Según el último boletín hidrológico publicado por la DGA en el mes de marzo de éste año señala respecto a los caudales que “todos los ríos experimentaron una disminución en sus caudales producto de la falta de precipitaciones y/o el término de las reservas de nieve, con la excepción del río Copiapó, lo que se podría explicar por precipitaciones estivales en la zona durante enero y febrero.” y “en la mayoría de los casos, por debajo de su mínimo histórico. En relación al 2019, los caudales son menores.”
La situación de los embalses no es más alentadora ya que “a nivel nacional, todos presentan un déficit con respecto a sus promedios de un 50%. El más significativo corresponde a los mixtos (63%), ya que representan el 65% del volumen promedio total. En el caso de los dedicados al agua potable y generación el déficit es del 58 y 13%.”
Incluso se especifica que respecto a febrero el volumen almacenado ha bajado un 11% respecto a marzo del año 2019 “Sólo los embalses dedicados a la generación se encuentran en una situación similar al 2019. El resto presenta menor almacenamiento entre 30% y 36%. Actualmente el almacenamiento global corresponde a un 30% de la capacidad total.”
Las lluvias que se han presentado además no han solucionado nada ya que a excepción del altiplano en donde se mantiene un superávit “entre las regiones de Atacama y El Ñuble el déficit es del 100%. Más al sur se mantiene la situación registrada en el mes anterior y en la Región de Aysén los registros pluviométricos mejoraron levemente y en Magallanes casi los normales para marzo.”
El cuadro lo completa el estado de las aguas subterráneas donde en muchas regiones alguna zona presenta una baja en el denominado nivel piezométrico (pampa del Tamarugal, río Loa, desde el embalse Lautaro y hasta el sector Piedra Colgada entre febrero de 2015 y marzo de 2017, río Los Choros, estero Culebrón, Petorca oriente, río Aconcagua, además de las regiones de O’Higgins y Maule con tendencias a la baja en dicho nivel).
A esto se suman las reiteradas denuncias sobre el saqueo constante que la legislación en materia de aguas permite, y si bien al cambio climático y el fenómeno de la niña, que provocará temperaturas más bajas y ausencia de lluvias, son causas de la sequía, esta podría ser soportada si no fuera por el saqueo por el mercado de los derechos de agua que impiden una eficaz administración y uso racionado del recurso para asegurar el consumo humano de las comunidades y evitar que la pequeña agricultura desaparezca.
El oro azul y coronavirus.
350 mil personas aproximadamente en Chile están en situación de escasez de agua según Greenpeace, lo que hace mucho más precaria demás la protección de éstas ante la pandemia que afecta al mundo y al país y a muchas otras a causa de la ineficiente distribución que de estas se hace, como lo advertía en marzo el director de dicha organización, Matías Asun, al señalar que “la falta de agua se está convirtiendo en un enemigo letal” advirtiendo que el régimen al evitar abordar la situación para no tocar el uso privatizado de las aguas de empresas extractivas también evadía las consecuencias para la salud que acarrearía en las personas.
La causa de lo anterior es recogido de forma resumida por el medio “Reporterre” que abordó la situación hídrica del país en tiempos de pandemia “el estado del agua es un problema importante.” dicen, agregando que esto es “Porque en Chile, las fuentes de agua se consideran bienes materiales cuyos propietarios tienen «derechos para beneficiarse del agua» («los derechos de aprovechamiento del agua» ).” Respecto al origen de despojo responsabilizan al “modelo neoliberal establecido en la década de 1980 que estableció este sistema de privatización del agua.” sumado a que hoy “en día, sigue siendo el Código del Agua de 1981 [el] que rige el uso del agua y lo define como un bien para uso público («bien de uso público» ), pero también como un bien económico. Este sistema dio origen al mercado del agua en Chile y permitió el surgimiento de empresas como Actiagro que ofrece la subasta de ríos. Hoy, según el Ministerio de Obras Públicas, se han vendido más de 132,000 «derechos de ganancias de agua» , y en gran parte a los gigantes de las compañías agroexportadoras, mineras e hidroeléctricas.”
La situación actual como la del embalse El Aromo, reserva de agua de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quintero, Puchuncaví, Zapallar y Papudo, la que se ha reducido al menos en un 6 por ciento de su capacidad, o Petorca en donde sus habitantes viven con el mínimo recomendado por la ONU de 50 litros diarios por persona, tienen en alerta a quienes luchan por recuperar el vital elemento de las manos del mercado que especula con ella y ven como Sebastian Piñera sigue sin activar planes de emergencia para distribuir agua a las personas.
Sobre el primer caso la coordinadora de campañas de Greenpeace en Chile, Estefanía González, en conversación para Radio U. de Chile fue enfática en señalar que por ejemplo que los derechos del agua del río Aconcagua en manos de actividades industriales de la palta y minería, podrían llenar el embalse en solo dos días; “El consumo humano representa solamente un 10 por ciento del uso del agua en toda la región de Valparaíso. Lo que hoy día debiésemos hacer es garantizar primero el consumo humano, una política pública que asegure el agua para las personas, y luego de ello, ver el resto de los usos. Acá es al revés, lo que queda para el consumo, lo que queda para el embalse son las sobras de las actividades industriales”.
Por su parte desde Modatima cuestionan las políticas del régimen que solo apuntan al riego tecnificado de las grandes productoras y construir más embalses siendo que el déficit de lluvias para este año oscilará entre un 20% y 50% con lo cual no habría agua para llenarlos; “Sebastián Piñera llama a producir agua, indicando que ya está en carpeta la construcción de 20 embalses más; sin embargo, la fractura metabólica del ciclo hídrico y social de los ríos los mantiene sobre otorgados hasta la fecha. Muchos de ellos ya no tienen escurrimiento superficial, y se ve lejana la posibilidad de llenar dichos embalses, dado que los ya existentes están con sus cuotas cada vez más bajas” dice René Vergara, miembro de Modatima.
La falta de agua además acrecienta el riego frente a la pandemia, a la cual para evitar es indispensable el agua para la sanitización, ya sea para lavar las manos o los elementos de pueden tener contacto con éste, pero ¿cómo hacerlo con tan poca agua? consultó “Reporterre” a Rodrigo Mundaca, fundador de Modatima: quien da cuenta de como es que las políticas de estado orientadas solo a salvaguardar la economía obligan a las personas a cuidarse entre sí y bajo el eslogan de “El pueblo ayuda al pueblo” han desplegado una campaña que con urgencia busca recaudar recursos para hacer llegar dos latas de agua de seis litros por persona a las zonas rurales más afectadas por la sequía y la falta de agua. “Las personas acumulan agua en recipientes para lavarse las manos con la mayor frecuencia posible. Pero es agua estancada y en cantidad insuficiente.! El municipio de Petorca hace lo que puede pero tiene poco dinero y pocos recursos, por lo que no tenemos otra opción, debemos ayudarnos mutuamente y estar unidos donde el estado no asume sus responsabilidades. La indiferencia del gobierno es una grave violación del derecho al agua” señala al medio.
Incluso los municipios de Petorca, Cabildo y La Ligua solicitaron que se duplicara la cantidad de agua que se entregaba pues los 50 litros son “insuficiente para mantener la higiene necesaria para combatir el Coronavirus”.
“No es sequía, es saqueo”, es una frase recurrente para referirse al conflicto del agua que ya llega a un punto de vida o muerte a causa de su escasez y acaparamiento en manos de privados que especulan y hacen negocio con ella mientras comunidades enteras literalmente se secan.
La demanda por la recuperación del agua como bien de uso público ya estaba instalada desde antes de la revuelta popular de octubre y había tomado un papel central dentro de los contenidos que dentro de la nueva constitución los sectores movilizados esperan plasmar. Solo la pandemia pudo detener a quienes desbordaban las calles enfrentándose a la dura represión policial que desató el régimen de Piñera para evitar los cambios estructurales demandados.
A la espera del tan esperado “peak” de contagios que según el ministro Mañalich debía darse a principios de mayo, la incertidumbre crece respecto a como se darán las cosas cuando amague el coronavirus. ¿Saldrá nuevamente el pueblo a tomarse las calles del país o el distanciamiento físico hará lo suyo?. ¿Qué sucederá en octubre con el ya pospuesto plebiscito por una nueva constitución?.
Mundaca muestra optimismo al medio internacional que lo entrevista mientras reparte agua a vecinos “Esta pandemia ha resaltado que el sistema actual genera pobreza y pone en peligro a los más vulnerables, como aquellos que no tienen acceso al agua. La pandemia pasará. Pero ahora debemos establecer un nuevo paradigma de la sociedad, en la escala de Chile y en una escala global.”
Fuentes; Boletín mensual DGA – Reporterre – Radio U. de Chile – La Ligua Chile – Modatima