El miembro de la Democracia Cristiana, de larga trayectoria política como ministro de Eduardo Frei Montalva, instigador del golpe de Estado y parlamentario y ministro en los distintos gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría, salió a respaldar al gobierno y el empresariado apoyando la idea de que la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales sería inconstitucional.
En entrevista para El Diario Financiero el histórico miembro de la Democracia Cristiana, involucrado en los casos de corrupción de Aguas andinas, y en la ley Longueira (favoreciéndose por poseer acciones en Corpesca y que familiares trabajaban para ella mientras se tramitaba la ley y él era parlamentario), respaldó al gobierno contra el proyecto que busca rebajar la jornada laboral a 40 horas semanales señalando también que éste era “inconstitucional. Personalmente creo que el proyecto es inconstitucional”.
“En mi experiencia de ministro de hacienda y presidente del Senado en varias veces, proyectos muy similares a este han sido declarados inconstitucionales. Y quien fuera ministro del trabajo de Bachelet, Osvaldo Andrade, dice que es inconstitucional” agregó.
Para reforzar sus rechazo a la normativa, en la misma línea del gobierno que ante la derrota en la Cámara de Diputados señaló que recurriría al TC, dijo “Si los trabajadores van a trabajar cinco horas menos, el Estado, para cumplir algunas de las funciones que tiene cumplir, tendría que contratar más gente y eso tiene un costo. Entonces, en general, en todo lo que sea servicios se va a requerir aumentar la dotación”.
Y finalmente el ex parlamentario maulino recurrió al populismo y la “economía” para denunciar el proyecto que va en pro de los trabajadores afirmando que “El proyecto ha producido un impacto en el público muy fuerte, precisamente porque el país vive en un estado de mucha recepción de lo que es populismo, ofertas vacías. No niego que podamos llegar a las 40 horas, pero también creo que se debe hacerse en coherencia a lo que el país pueda responder. Es un tema que se tiene que discutir, pero con mucha seriedad para ver de que manera la economía puede responder a eso”.
