Fue el Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua el que dictó la sentencia en contra del pastor evangélico de la Iglesia Unida Metodista Pentecostal , José Ricardo Gutiérrez Monsalve, como autor de tres delitos de abuso sexual cometidos entre 2014 y 2016 en contra de menores de entre 12 y 13 años de edad aprovechando su posición de pastor.
Según consignó el propio Poder Judicial, el pastor evangélico José Gutierrez fue condenado a 5 años y un día de presidio efectivo, como autor de tres delitos de abuso sexual, dos de ellos en circunstancias de estupro.los que cometió entre 2014 y 2016.
En fallo unánime el tribunal –integrado por las magistrados Sergio Allende Cabeza (presidente), Roberto Cociña Gallardo y Marcela Paredes Olave (redactora)– aplicó, además, a Gutiérrez Monsalve las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena; más el pago de las costas del proceso.
Junto a lo anterior se condenó al pastor a las penas especiales de interdicción del derecho de ejercer la guarda y ser oído como parientes en los casos que la ley designa, y a la sujeción a la vigilancia de la autoridad durante los 10 años siguientes al cumplimiento de la pena principal.
Ejecutoriado el fallo, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.
Respecto a los hechos por los cuales se le condenó, el trinunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que:
- En febrero de 2016, José Gutiérrez Monsalve, quien se desempeñaba como pastor de la Iglesia Unida Metodista Pentecostal, ubicada en la población Óscar Bonilla de Rancagua, invitó a feligrés de 12 años de edad a su oficina, ubicada en el mismo recinto religioso, lugar donde concretó el abuso.
- Que la conducta se repitió en dos ocasiones en febrero de 2016, en contra de menor de 13 años que participaba en el coro de la iglesia.
- Que el tercer caso se produjo en 2014, en una vivienda ubicada en la comuna de Codegua, lugar al que accedía el condenado invocando su condición de pastor.