Chile y la bomba de tiempo social, por las bajas pensiones de sus jubilados.

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El sistema de pensiones de Chile, que es tan criticado por gran parte de los chilenos, y que obedece a los aportes que los residentes del país realizan mes a mes, cuando están trabajando fundamentalmente con relación de dependencia; sumado a las personas independientes, que realizan prestaciones de servicios para otras organizaciones y que desde este año deben cotizar en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), considerando también el porcentaje dirigido a la salud y a los accidentes laborales, debe sufrir profundos cambios para que sea mucho más equitativo y nuestros adultos mayores, que cada vez son un porcentaje más alto de la población, no se empobrezcan, como está sucediendo en estos tiempos, en que finalmente también su entorno familiar resulta afectado.

En relación al tema central de esta temática, el Dr. (c) Fernando Moreno Brieva, quien pertenece al Instituto Complutense de Estudios Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, y que actualmente se encuentra colaborando en el Instituto de Innovación Basada en Ciencia de la Universidad de Talca, manifiesta que “es un gran avance que los trabajadores independientes de segunda categoría tengan que obligatoriamente que cotizar, pero no es suficiente debido a que existen problemáticas no solucionadas, como por ejemplo: que en Chile el mayor crecimiento ocupacional es de carácter propio, con una baja calidad en las condiciones que se labora, porque se efectúa principalmente en la calle y de manera informal; sumado a que también hay un porcentaje de empresas que le cotizan a sus trabajadores con una renta imponible menor a la real (asunto que es antiético e ilegal)”. Siendo más preciso, en Chile, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) existen un poco más de 2.500.000 personas que trabajan de forma informal, lo que representa un 30% de las personas ocupadas, que de seguir así durante el tiempo, solo podrán recurrir al “pilar solidario”, que entrega el Estado, desde el año 2008, pero que es inferior a la pensión básica de los jubilados de Ecuador, que es de 193 dólares ($128.530) y basado en un sistema de reparto.

Como complemento de lo anterior, se esclarece que el pilar solidario de Chile representa alrededor del 38% del sueldo mínimo, contra el 50% de su equivalente en Ecuador y el 75% en España, lo que significa que somos un país que no trata bien a los adultos mayores, a pesar de haber contribuido con el país que todos disfrutamos hoy.

En términos generales, el mundo está pasando por un proceso de envejecimiento de la población en que los sistemas de pensiones están en la mira, debido a que el porcentaje de jubilados en relación a su población es cada vez mayor. Según el doctorando, Fernando Moreno Brieva, los sistemas de reparto, que hasta el día de hoy son los que permiten jubilar con mayores ganancias, porque se basan en los mejores años de ingresos de una persona (como es el caso de Ecuador), y en las cotizaciones de las personas que están ocupadas en la actualidad, solo se pueden mantener siempre que la población de jubilados no sea tan alta o de lo contrario, como ocurre en España, su sostenibilidad dependerá del aumento de la población de los inmigrantes, ya que la tasa de natalidad en tal país sigue bajando.

En Chile, existe un movimiento que busca cambiar el sistema de las AFP por otro más solidario, que permita la disminución de las brechas entre los jubilados; pero para Fernando Moreno Brieva dicha situación es casi imposible que ocurra, porque las AFP están presentes con grandes inversiones en el país. De igual forma, manifiesta que es preocupante que las 6 administradoras existentes estén controladas y pertenezcan en un 90,88% como promedio a 11 empresas, compuestas siete por sociedades de responsabilidad limitada, que tienen la característica principal de no tener la obligación de exponer en un diario de circulación nacional sus estados financieros una vez al año y que sus socios son responsables solo hasta el monto de sus aportes, lo que consecuentemente le quita transparencia a la gestión y, al sistema de fondos de pensiones de Chile.

Otro punto que se debe considerar en Chile, es el de las pensiones con un sistema de reparto, que reciben las Fuerzas Armadas y de Orden, a partir del erario nacional, proveniente de los impuestos y de los propios aportes del personal activo y pasivo, que por su esencia tiene un trabajo que se caracteriza por ser estable a través del tiempo y que permite que los jubilados de tales instituciones obtengan pensiones sustancialmente mayores a las personas civiles. A estos, se les deben añadir los funcionarios del personal de planta del Estado, que gozan de una estabilidad laboral, que los transforma en una clase social privilegiada, porque también tienen una remuneración promedio mayor a la que se obtiene en el sector privado chileno, en que las personas están ocupadas de forma más inestable, porque Chile tampoco está creciendo a las tasas que lo hacía en los años 90. En dicho aspecto, y con mira al futuro, Fernando Moreno Brieva manifiesta que “el mundo es mucho más dinámico que antes y que el empleo tradicional está cambiando. Las ocupaciones que se están generando en Chile no tienden a ser de calidad, lo que perjudica a las personas del sector privado, que están en edad laboral y que son potenciales jubilados”.

Una propuesta a considerarse es que se cree un “régimen mixto”, que incluya un sistema de reparto con el de las AFP, para asegurar a los residentes en Chile mayores de 60 años (para el caso de las mujeres) y de 65 años (para el caso de los hombres) una jubilación más honrosa que las percibidas en la actualidad. Sería interesante analizar la posibilidad que las AFP pasen a ser instituciones, que estén obligadas a repartir gran parte de sus utilidades a los individuos que al menos una vez hayan cotizado, en vez de dividirlas en los accionistas de tales compañías. Puede, que algunas personas digan que es injusto, porque hay otras que casi no han cotizado. A ellas, habría que mencionarles que mucho más indebido es que las ganancias de la administración de las pensiones de todos los que alguna vez han residido en Chile (que son equivalentes al 75% de lo que produce el país en un año) estén prácticamente centralizadas en solo 11 empresas, que finalmente pertenecen a 6 grupos económicos. No se debe olvidar, que todos los residentes pagan impuestos, de una u otra forma, como por ejemplo el IVA, que es absorbido en su totalidad por los consumidores de bienes y servicios presentes en el país. Por tal motivo, todos los que somos parte de Chile tenemos el derecho a vivir más que dignamente. En caso contrario, seguiremos siendo un país con altos niveles de desigualdad y con personas de la tercera edad generalmente empobrecidas.

Fernando Moreno-Brieva
Investigador del Instituto Complutense de Estudios Internacionales
Colaborador del Instituto de Innovación Basada en Ciencia de la Universidad de Talca


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