Firmada el día jueves el proyecto de ley denominado “Ley Mortinado” de inmediato generó sospechas la doble intención de buscar dar tratamiento a las criaturas resultado de la concepción como sujetos de derecho al establecer un registro “especial” de los que no llegan a nacer, más aún al señalar el mandatario durante la presentación de la ley para los que “no nacen por fallecer” que busca defender “al que está por nacer”.
Al respecto para ello basta solo analizar las palabras que el mandatario utilizó durante el anuncio de dicho proyecto de ley y como es que se ve el provecho político que la coalición de gobierno busca sacar del dolor de otros.
El tema de alta carga emocional para las familias que han buscado que la ley no trate a los no nacidos como NN, pues implica hacer una serie de aclaraciones legales que no solo echan por tierra las explicaciones que el Presidente y autoridades han dado para dar vida a éste proyecto de ley si no que a la vez para mostrar lo que se busca simular con dichas palabras, una nueva ofensiva del Gobierno en contra de la lucha del movimiento feminista por la conquista del derecho a decidir sobre su propio cuerpo, y en específico, el poder decidir si interrumpir o no un embarazo.
Para observar ésta real intención es cosa de colocar atención a las palabras utilizadas por Sebastián Piñera al referirse al proyecto señalando en principio que se busca otorgar “un trato más humano, un trato más civilizado a esos niños que murieron antes de nacer”. y acto seguido señala el “compromiso con la defensa de la vida de todos los seres humano, y muy especialmente de esos niños y niñas que están por nacer”.
Ya en la primera frase se lee claramente la palabra “niño” para tratar a lo que jurídicamente se denomina “producto de la concepción” dando así inicio a su relato un tono que claramente se puede subsumir en el contexto del debate sobre aborto que se da hoy. En su segundo frase ya el tema queda más claro, pues, mientras se señala que la ley busca que se reemplace la denominación de NN de nonatos fallecidos, el Presidente contradictoriamente habla de su compromiso con la defensa de la “vida de los niños y niñas por nacer”. sin sentido si se observa que la ley trata de “los que no llegan a nacer”, no de “los que están por nacer”.
Pero eso no es todo, no solo esta contradicción en el mensaje de Piñera es lo delata los objetivos de la ley, si no que también el uso político de las emociones de los padres que exigen poder dar nombre a los nonatos fallecidos al decir que se “va a permitir de que los padres puedan disponer con mayor facilidad de los restos del hijo que no logró nacer, para poder despedirse, para poder vivir su duelo, para poder darles una sepultura que tenga en la tumba el nombre propio de ese hijo que no nació, para poder dejarle flores, para poder recordarlos con cariño, con ternura, con pena, pero también con algo de esperanza”.
Otra vez la mentira que se aprovecha de la ignorancia general de un tema tan delicado y que solo 2 mil familias anualmente viven, pues hay que ser claros, la ley ya ha regulado esa situación.
Al respecto se puede señalar que si bien fallecida una criatura en el vientre materno o antes de estar completamente separada o si no ha sobrevivido un momento siquiera una vez separada no procede inscribirlas en el registro de defunciones, si se establece el otorgamiento del “pase de sepultación”. Es decir, la ley sí permite que las familias, interesadas, puedan retirar de los recintos hospitalarios los restos del no nacido con el certificado emitido por el servicio médico respectivo con el cual pueden proceder a la inscripción en el Registro Civil, no como persona, sino como no nacido (NN), al producto de la concepción individualizando a la madre. con dicho certificado las familias pueden, si lo desean, proceder a inhumar (sepultar) al no nacido en el cementerio que deseen con la lápida y nombre que identifique e individualice al mortinato.
Por último el proyecto señala que dicha inscripción podría hacerse desde la séptima semana de gestación, chocando así con la convicción de que un embrión no es un ser humano, menos antes de las doce semanas que por ejemplo es hoy el límite para poder abortar en el caso de fueron producto de violación en mayores de 14 años, confundiendo conceptos, y aprovechándose de una situación sensible para imponer una visión de que los no nacidos son sujetos de derecho, calificación jurídica que solo se otorga a los nacidos, para así seguir con la imposición de la “agenda valórica”, trabando el debate sobre el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, y en especial buscando mediante “artilugios” ganar por secretaría el debate que se da hoy sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Fuentes ; Tratamiento legal del mortinato