Las veces en que Chile se comprometió con Bolivia a negociar salida al mar.

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Es la fase de alegatos orales ante La Haya la que ha abierto nuevamente el debate sobre las aspiraciones bolivianas de volver a tener una salida al mar soberana, no obstante lo que pide el hermano país es que el Tribunal Internacional en Paises Bajos es que Chile vualva a sentarse a negociar dicha posibilidad, tal como lo han hecho en más de una oportunidad, en las cuales Chile incluso se ha comprometido con una salida soberana al Océano Pacífico, y que dan cuenta, como señala la demanda boliviana, de que han existido momentos en la historia en que ha existido voluntad de dar solución al conflicto.

– El reconocimiento de Emilio Bello Codecino, quien firmó el tratado de 1904.

Sucedió 15 años después de la firma del tratado de 1904 que definió las fronteras entre Chile y Bolivia luego de la Guerra del Pacífico. En aquella oportunidad, dentro del contexto de interacciones diplomáticas post 1904, Emilio Bello Codecino, Canciller que firmó el tratado de 1904, reconoció que la aspiración de Bolivia de contar con una salida al mar era legítima. En ese entonces Bello era diplomático chileno en La Paz, y fue en un Acta Protocolizada de 1920 suscrita entre el Canciller de Bolivia, Carlos Gutiérrez, y emilio Bello (quien era Ministro Plenipotenciario de Chile en Bolivia), en donde éste último declaró estar dispuesto a que Bolivia tuviera una salida al mar, aceptando iniciar nuevas gestiones, incluyendo la opción de cederle territorios “independiente del Tratado de Paz”

Lo anterior fue luego retomado de forma más oficial en septiembre de 1921 en la Liga de las Naciones, donde Agustín Edwards, jefe de la delegación chilena en la instancia, declaró en la asamblea que “Chile nunca ha cerrado las puertas a Bolivia” agregando que el mismo está “en posición de asegurar que nada nos gustaría más que sentarnos y discutir los mejores términos para facilitar” la petición boliviana.

Revisa también: El rol de los Edwards en la Guerra del Pacífico y el Tratado de 1904

– Notas Diplomáticas de 1950. El corredor de Arica. 

Con la llegada al Poder en Chile de Gabriel González Videla se abrió un nuevo periodo de conversaciones con Bolivia que incluyeron el tema marítimo al punto de que el ministro de Relaciones Exteriores boliviano Aniceto Solares y el embajador en Santiago, Ostria Gutiérrez, seguraron que González Videla había manifestado su voluntad para alcanzar una solución.

Fue una de estas notas, la número 9, de fecha del 20 de junio de 1950, en que la Cancillería, dirigida entonces por Horacio Walker Larraín, manifestaba que el gobierno de Chile, “animado de un espíritu de fraternal amistad hacia Bolivia, está llano a entrar formalmente en una negociación directa destinada a buscar la fórmula que pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al Océano Pacífico, y a Chile obtener las compensaciones que no tengan carácter territorial y que consulten efectivamente sus intereses”.

La propuesta era un corredor al norte de Arica, a cambio Chile sería compensado según consultaran sus intereses. entre los cuales se planteó poder utilizar las aguas del Titicaca, del río Desaguadero y del lago Poopó con fines de generar energía hidroeléctrica para las provincias de Tarapacá y Antofagasta, según consta Luis Rosales Lozada en La importancia del lago Titicaca en las relaciones peruano-bolivianas.

La llegada del dictador y General Carlos Ibañez del Campo a la presidencia significó el fin a esta negociaciones hasta el gobierno de Jorge Alessandri, momento en donde su embajador en La Paz, Manuel Trecco, reconoció los acuerdos iniciales de 1950 y manifestó que “Chile ha estado siempre llano, junto con resguardar la situación de derecho establecida en el Tratado de Paz de 1904, a estudiar, en gestiones directas con Bolivia, la posibilidad de satisfacer las aspiraciones de ésta y los intereses de Chile”.

La posibilidad de acuerdos se mantuvieron durante el periodo del DC Eduardo Frei Montalva quien buscó un acuerdo que permitiera el desarrollo de energías entre ambos países. Sin embargo fue Salvador Allende quien manifestó una voluntad política explicita en dar salida al mar a Bolivia, voluntad que producto de los asuntos internos vividos durante su gobierno quedarían en nada.

– Declaración de Charaña en 1975.

Tal vez es la más conocida negociación que se sostuvo entre Chile y Bolivia, cuando ambos países eran gobernados por atroces Dictadura Militares luego de golpes de estado dados por sus ejércitos apoyados por sectores civiles.

Sucedió el 8 de febrero de 1975 en la zona fronteriza de Charaña donde Pinochet y Bánzer se reunieron a firmar el “Acta de Charaña”, documento en el cual Chile accedía a dar una franja de tierra al norte de Arica a cambio de que Bolivia cediera a Chile un territorio equivalente a superficie.

La negociación sin embargo necesitaba de un tercer actor para perfeccionarse, Perú, pues el Tratado de Lima de 1929, establecía que Chile debía consultar a Perú por la concesión de terrenos a terceros en la zona de Tarapacá.

finalmente el también dictador del Perú, Francisco Morales Bermúdez, rechazó de plano el acuerdo de Charaña realizando a su vez una oferta de Pinochet y Banzer, que los tres países administraran el puerto de Arica y el mar frente a la ciudad.

Pinochet se negó a esta nueva propuesta peruano y Banzer rompió relaciones con Chile en 1978.

– Los “13 puntos”, la frase de Moreno que gatilló la demanda ante La Haya.

Fue durante el primer Gobierno de Michelle Bachelet que se dieron nuevamente pasos concretos para un acuerdo con Bolivia, cuyo Presidente ya era Evo Morales.

Fue la “agenda 13 puntos” entre ambos países la que contemplaba el tema marítimo. Así consta en el libro La política exterior de Chile hacia Bolivia 1990-2009 de Loreto Correa, “la posición de la presidenta Bachelet, muy proactiva durante los dos primeros años de su administración, tendió hacia la cautela y, finalmente, a la proposición del diálogo al finalizar su mandato”.

Al respecto, Jorge Canelas, quien fue Cónsul chileno en La Paz, reconoció que efectivamente se realizó una negociación secreta para un enclave en Tarapacá. “Fue una negociación extremadamente secreta, muy reducida y muy poco compartida con las personas que debieran estar en conocimiento de las líneas básicas de una negociación de este tipo” dijo al medio el Deber.

Sin embargó avanzó el gobierno de Bachelet sin dejar nada zanjado, pasando las negociaciones al gobierno de Sebastián Piñera, quien nombró Canciller al hoy Ministro de Desarrollo Social, el empresario Alfredo Moreno continuando así la agenda de los 13 puntos. Incluso el 14 de julio de 2010, el subsecretario de Relaciones Exteriores del gobierno chileno, Fernando Schmidt, declaró que estaban dispuestos a “analizar la demanda marítima boliviana con propuestas factibles, concretas y útiles, en un clima de respeto, sin ningún tipo de prejuicio”, pero todo se quebró luego de Evo Morales presionara para que el Gobierno chileno para avanzar hacia una propuesta de salida al mar, a lo que Moreno respondió que “Chile no tiene temas fronterizos pendientes con Bolivia, ya que fueron acordados en el tratado de Paz de 1904”.

La desafortunada intervención del empresario fue lo que finalmente convenció al gobierno boliviano de someter el tema a un Tribunal Internacional, llevando así su demanda marítima al Tribunal de la Haya

– 1979 a 1989 DECLARACIONES DE LA OEA

Otro de los episodios que Bolivia apunta en su réplica son las diez resoluciones sobre “el problema marítimo de Bolivia” que aprobó la Asamblea General de la OEA entre 1979 y 1989. En 1979, la resolución número 426 adoptada en la sesión realizada en La Paz declaró que “es de interés hemisférico permanente encontrar una solución equitativa por la cual Bolivia obtenga acceso soberano y útil al Océano Pacífico, y además recomienda que los Estados involucrados inicien negociaciones para dicho fin”.
La Paz, además, apunta a una serie de diálogos de altos representantes de ambos gobiernos después de 1990 en que, afirma, Chile siguió incumpliendo su “compromiso de negociar un acceso soberano”.

Tomado de El Desconcierto y El Mercurio.

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