Según datos entregados por el INE a través del ENUT 2015 en relación a La dimensión personal del tiempo la diferencia de género entre hombres y mujeres es notoria respecto al tiempo que dedica cada sexo para realizar labores en el hogar.
De ésta forma los hombres tienen más tiempo para el ocio que las mujeres. En específico las mujeres destinan 5,94 horas promedio en ocio y vida social, los hombres en cambio 6,43 horas al día las dedican al ocio, una diferencia diaria de 0,49 horas (29,4 minutos), lo que en una semana suma 3,43 horas.
Si bien la mujer según el estudio dedica menos horas al trabajo y el estudio que los hombres (3,61 horas versus 5,74 horas, respectivamente) termina por utilizar ese tiempo en trabajo no remunerado en el hogar.
Esta desigualdad es muy grave pues supone una sobrecarga de trabajo, remunerado o no remunerado, para la mujer además de generar a la larga enfermedades de salud mental.
Lorena Godoy, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Diego Portales señala que si bien se cree que la mujer tiene más tiempo disponible, la verdad es que “los hombres con independencia de su situación de ocupado o no destinan más tiempo al ocio” dedicando 1.57 horas al día en sus preferencias, mientras la mujer solo 1,28 horas.
Por su parte Camila Maturana Kesten, de Corporación huamanas señaló que “Son las mujeres las que hacen el trabajo relacionado con el cuidado de otros y la vida familiar. Y preocupa constar, una vez más, las menores posibilidades que tienen en la vida cotidiana de descansar. Un dato así tan brutal da cuenta de la posición que las mujeres ocupan en la sociedad y el escaso valor que se les asignan a sus derechos y tareas”
Silvia Lamadrid, socióloga de la a Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile respecto a la desigualdad comenta que “persiste una cultura de separación de los ámbitos públicos y privados, con grandes privilegios para los varones en ambos” siendo la mujer tratada en el ámbito público como “intrusas: ganamos menos por el mismo trabajo, estamos expuestas al acoso sexual en el trabajo y en la calle. Y en el ámbito privado, las tareas no remuneradas del trabajo doméstico y los cuidados se suponen nuestro deber, cuando mucho, los varones ‘colaboran’” dándose en el caso de la mujer de una doble jornada laboral, una remunerada y otra no, generando permanente cansancio y tensión que repercuten en su salud lo que a la vez es causa de que tengan “menos tiempo para hacer trabajo remunerado, ganando menos que los hombres. Por lo tanto, en un sistema de ahorro previsional individual, las mujeres recibirán pensiones más bajas y por menos tiempo. Con ello se perpetúa la lógica de entender el trabajo remunerado masculino como el principal del hogar, y la desvalorización general de las mujeres”.
Fuente; La tercera