Luego de las elecciones celebradas el pasado Domingo en Honduras aún no se sabe quien será el Presidente, y la represión del gobierno a las protestas que se iniciaron el pasado miércoles en distintas ciudades de ese país, por el posible fraude electoral, habrían costado la vida de siete personas y un veintena de heridos.
Si bien en un principio con más del 57% de los votos escrutados, el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura (En Alianza) aventajaba a Hernández, su rival del Partido de derecha “Nacional” y que va a la reelección, en casi cinco puntos porcentuales, (45,17% a 40,21%.), el último informe entregado por el Tribunal Superior Electoral (TSE) de ese país, con más del 94% de las actas escrutadas, arrojó que el candidato del Partido Nacional era el que aventajaba ahora a Nasralla, sembrando las dudas respecto a la transparencia en el proceso electoral llevado a cabo, ante lo cual se ha acusado de fraude lo que ha ocurrido, provocando la salida a las calle de la población que, señalando la existencia de sectores militares y de la derecha más recalcitrante hondureña detrás de la “dictadura” y de lo que sucedió en las elecciones, exige un resultado oficial al Gobierno, el cual ha reprimido y declarado Estado de sitio en casi todo el país, suspendiendo garantías constitucionales.
Hoy debía realizarse un escrutinio que se ha pospuesto hasta en dos ocasiones por la ausencia de la oposición producto del rechazo del TSE a aceptar 11 peticiones de transparencia de parte de Alianza, los que estaban visados por organismos internacionales. Se trata del escrutinio especial de más de un millar de actas inconsistentes de los comicios del domingo pasado por la ausencia de representantes y observadores de la Alianza de Oposición, que exige el recuento de más de 5.000 actas.
