Wilfrid Gelin, Senador de Haití, visitó por cinco días el país, en donde se reunió con comunidades de haitianos en la ciudades de Valparaíso y Santiago con el objetivo de ver las condiciones de vida que más de 80 mil personas de ese país tienen en Chile, constatando en terreno que al igual que la mayoría de lo chilenos, los haitianos no tienen una buena calidad de vida.
Las conclusiones a las que llegó, y las cuales traspasará a un documento que presentará al Parlamento de su país, señalan que en Chile “definitivamente, no mejora la calidad de vida de los haitianos”. Entre sus hallazgos, enuncia los problemas que deben enfrentar debido a los plazos considerados para obtener visados, lo cual, advierte, “complica la posibilidad de encontrar trabajo y vivienda”.
Además explica que Chile no es una economía capaz de absorber el capital que llega desde la isla, “aquí ya no podrán encontrar lo que buscaban” consignó a la Tercera.
Ante el desolador escenario, el Senador señaló que es necesario que Haití responda a sus habitantes para evitar que estos se marchen de su país, hecho que el caso de Chile se debió, dice, producto del desconocimiento que se tiene sobre las condiciones en Chile y en parte “Después del terremoto (de 2010), los primeros ciudadanos llegaron. Vieron la situación por aquellos años y mandaron a decir sobre la bonanza que aquí se vivía”.
A la misma conclusión anterior llegó la Directora de estudios migratorios de la USACH, Carmen Norambuena, quienes además de señalar que Chile tiene una deuda en materia legislativa que actualice derechos y deberes de quienes deciden residir en Chile, señala que se debe corregir la desinformación que los migrantes haitianos padecen sobre aspectos básicos como: la ubicación geográfica del destino, los papeles o certificados que necesitarán y el idioma. “Mayoritariamente salen a la aventura. Es fundamental el rol de las autoridades haitianas de informar a su gente acerca de las condiciones de los países a los que se dirigen”.
Importante también es los que señala Marckenson Jean-Baptiste, ingeniero industrial haitiano residente hace un año en Chile, quien explica que la discriminación es alguno de los aspectos a los que se enfrentan los afrodescendientes provenientes de la isla, esto se debería a la “migración selectiva” que estimula Chile, dadas las necesidades de “mano de obra barata con poca capacidad”.
Ello, cree, produce una “violencia horizontal desde los chilenos de clase baja hacia nosotros”, al ser considerados como competencia laboral. “Pero la mayoría de los chilenos no realiza los mismos trabajos, como tareas de aseo. Y esto lo hacen los inmigrantes”, indica, al rechazar este tipo de comportamientos.