El proyecto de reforma al código de aguas ingresó en 2014 y pretendía see una de las reformas insistentes del Gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo al paso del tiempo la reforma que sólo recaía sobre el 10% del agua no privatizada se ha transformado en una negociación entre el Gobierno y el empresariado que lucra con los derechos de aprovechamiento del vital elementos, el cual es uno de los negocios más fructíferos del pais pues es vital para actividades extractivistas como la minería, hidroeléctricas, forestales y grandes empresas agropecuarias.
Según consigna Radio U de Chile; El pasado lunes el ministro de Agricultura, Carlos Furche, sorprendió gratamente a los empresarios del agro en su XVIII encuentro nacional, cuando les dijo que el Gobierno le quitaría toda urgencia al proyecto y que esperaría para después de las elecciones continuar con esta negociación.
Lo anterior según Pamela Poo, cientista política que ha estudiado el proceso de reforma desde 2014 aseguró que “el anuncio de parar la reforma es un guiño al sector agrícola y a los agricultores que han sido los grandes opositores a esta reforma. En minería estuvieron en contra de la reforma, porque no quería solicitar los derechos, sino que solo informarlos. En el caso de las eléctricas patalearon porque se les iban a revisar los derechos si tenían un impacto en la cueca y eso fue una indicación parlamentaria que se borró en el senado. Pero los agricultores, ellos son los que han impedido que esta reforma prospere y no sé qué artilugio han utilizado, pero acá hay una gran señal política a los agricultores”
Por su parte Rodrigo Mundaca deMocrática señaló al mismo medio que “esto demuestra el carácter servil ante las presiones corporativas que han ejercido no solo la Sociedad Nacional de Agricultura, sino que también el Consejo Minero que han liderado para que se mantenga la propiedad privada del agua. En el seminario estaban los candidatos Sebastián Piñera y José Antonio Kast, quienes han dado tranquilidad al empresariado, ya que si salen electos darán certeza jurídica y la propiedad privada del agua no será tocada. Por lo tanto, el modelo de usura que existe, a propósito de las batallas que se libran en el norte de Chile contra la minería, en la zona centro con el modelo agroexportador, en el sur contra las hidroeléctricos y forestales , son situaciones que se van a mantener inalterables, ya que probablemente van a tener un nivel de radicalidad distinto si existe la posibilidad de que Piñera gobierne nuevamente. Nosotros nos estamos preparando para enfrentar ese fatal escenario”.
Además agrega que la idea de legislar para que agua vuelva a ser bien de uso publico “es mentirosa, puesto que era una iniciativa que estaba dirigida fundamentalmente al 10 por ciento del agua que faltaba por entregar, sin tocar la gratuidad y perpetuidad del 90 por ciento del agua ya entregada”