El bus de la libertad: ¿en quién reside el derecho de prohibir?

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“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, guardé silencio, porque yo no era sindicalista.

Cuando finalmente vinieron por mí, no había nadie más que pudiera protestar.”

Martin Niemöller

Por Camila P. Higuera y Nathaly Jones

El “bus de la Libertad” y su paso por Santiago

Con cerca de 30 detenidos terminó la primera jornada del “Bus de la Transfobia”, y con  tres jóvenes formalizados por daños, quienes deberán enfrentar un absurdo juicio tras protestar contra el recorrido por las calles de Santiago este pasado lunes 10 de julio. La finalidad era entregar en La Moneda una carta firmada por 25 mil personas que pedían una educación “libre de ideología de género”. Este bus -que ya ha recorrido Estados Unidos, México y España- que contiene claros mensajes que incitan al odio por su carácter homofóbico y transfóbico, recorrió las calles del centro de Santiago, sin ninguna oposición por parte de las autoridades y con escolta policial, la cual actuó de inmediato para garantizar su paso, aplicando el descriterio y la brutalidad habitual contra los manifestantes.

Cabe mencionar que esta campaña es financiada por las organizaciones Padres Objetores de Chile, el Observatorio Legislativo Cristiano y por CitizenGo, una asociación civil nacida en España que busca “defender y promover de una forma útil y efectiva la vida, la familia y la libertad”, a través de campañas mediáticas caracterizadas por la homofobia y la intolerancia hacia las expresiones sexuales no heteronormadas y hacia los derechos reproductivos de la mujer.

Ya que las autoridades chilenas argumentaron que la circulación del bus es una manifestación de la “libertad de expresión”, cientos de personas se reunieron con la finalidad de protestar en contra del contenido de la campaña que tiene como consigna “Nicolás tiene derecho a un papá y a una mamá. Con mis hijos no se metan. Menos Estado, más familia”.

Al respecto la socióloga María Emilia Tijoux nos comenta que “no entiendo a qué le llaman libertad de expresión, el bus que se pasea por Chile en estos momentos es una tremenda provocación, es una irrupción a la vida democrática, es un impedimento a la libertad de las personas, y curiosamente quienes son castigados son la gente que no está de acuerdo con algo tan estúpido como eso.” Respecto a las falsas polémicas levantadas estos días, y los tres jóvenes formalizados María Emilia comenta “pedimos que dejen de perseguir a la gente que quiere vivir en paz, que quiere tener una libertad con su cuerpo, y sobre todo  que le permitan a las personas, ya sean los jóvenes, niños o adultos a tener la sexualidad que la vida les ha dado”.

Sobre la “libertad de expresión” y la apología del odio

Evidente resulta el carácter fascista de este Bus y la incitación al odio, basta con observar la violencia de sus defensores. La imposición de las consignas de esta campaña también así lo demuestra. Pero paradójico ha resultado que la fanaticada defensora del bus, alude al argumento de la libertad de expresión, tal cual lo ha reconocido también el propio gobierno.

Respecto a este punto, Javiera Olivares, actual Presidenta del Colegio de Periodistas de Chile, señala que “la libertad de expresión es un derecho que tiene el límite de no pasar a llevar otros derechos humanos básicos, a la vida, a la diversidad, al pluralismo, a la democracia. Cualquier situación que atente contra la legítima diversidad y pluralismo de toda democracia y que discrimine a determinadas comunidades no puede justificarse por una defensa errada de la libertad de expresión”. En el caso del bus, Javiera señala que “la invitación a discriminar, a odiar, a excluir a determinadas personas por su condición sexual -o por lo que sea- es algo que no se condice con el derecho a la libertad de expresión.”

Y es que lo que se ha buscado instalar en estos días, es que la libertad de expresión significa el derecho pleno de manifestar cualquier tipo de opinión con el mensaje que sea, independiente de su contenido. Un muy buen ejemplo concreto de qué es lo que significa la libertad de expresión, es el caso de Alemania, donde el Estado resguarda los derechos fundamentales de las personas, por sobre esta definición de libertad de expresión, prohibiendo y censurando entonces una serie de elementos, objetos, literatura y discursos nazi, para garantizar la protección de quienes fueron víctimas del régimen hitleriano. Sin ir más lejos, el nombre “Adolf” está incluso prohibido en Alemania. Todo hace presagiar que un “bus de la Libertad” estaría prohibido en Alemania bajo esta concepción que ha dispuesto el Estado.

Pero vale preguntarse entonces – y aquí viene el tema de fondo: ¿tiene entonces el Estado este poder de prohibir cosas? ¿De censurar? ¿Es realmente esto lo que queremos del Estado? ¿Qué le estamos pidiendo al Gobierno cuando le pedimos que prohíba la circulación de este bus? He aquí una de las tantas trampas de esta democracia.

La complicidad del Estado con el Bus

Por todo lo anterior, el debate no puede centrarse en la prohibición o autorización del bus. Ese es el debate de los medios de comunicación, cuyos matinales ayer mismo hablaron durante una hora sobre el romance de Mayte y Alexis, para sólo después de aquella amplia cobertura, hablar del vuelco en la condena del brutal agresor de Nabila Riffo. A la burguesía le encanta este tipo de debates, cuya trampa les permite consolidar su poder. El verdadero debate es quién tiene el Derecho de prohibir. Posiblemente Bachelet disfruta que le rueguen todas estas organizaciones socialdemócratas que prohíba el Bus y tome acción. Pero y ¿qué vamos a hacer si toma acción y posteriormente, so pretexto de la prohibición del bus, se legitima aún más la brutal represión que sufrimos y se consolida el Estado policial?

El bus debe ser prohibido, sin lugar a dudas. Pero no podemos darle ningún derecho al Estado chileno ni mucho menos a ningún gobierno a prohibir nada. Sólo el pueblo en su conjunto, por su voluntad, puede prohibir y decidir, con acciones de todo tipo para manifestarlo. Sí, un rayado con plumón también resulta válido. Pero ningún derecho al Estado a prohibir. Menos aún este Estado, que aún no se saca el uniforme militar. Este Estado no tiene ninguna lección que darnos ni de tolerancia ni de prohibiciones.

Este es un asunto de toda la sociedad, de todo el pueblo, no es un asunto de homo y transexuales, y abandonar esta lógica sectaria permitirá unir fuerzas y que podamos decidir sobre nuestras vidas y sobre la nueva sociedad que queremos construir.

Las detenciones y los cargos

Mientras los organizadores de tan provocadora acción, fueron respetados por las autoridades de gobierno, tres jóvenes que se manifestaron contra el Bus y su mensaje transfóbico -por decisión del fiscal de turno Javier Alejandro Mayer Lacalle para la 3ra Comisaría de Santiago- fueron formalizados con los cargos de daños y pasados a control de detención.

Según consta en el parte de Carabineros, la denuncia fue realizada por Daniel Hernandez Mujica, conductor del Bus, quien declara que él se encontraba conduciendo este bus de la libertad, propiedad de Jorge Muñoz Moreno (domiciliado en Carlos Valdovinos n° 3001) cuando en la Alameda a la altura de la intersección con calle Teatinos de forma sorpresiva dos mujeres y un hombre le rayan el bus provocando daños que posteriormente avaluaron en quinientos mil pesos. Dice que los vio por el espejo retrovisor hasta que Carabineros los tomó detenidos.

Eloísa González, Francisca Padró y Damian Brito son estos tres jóvenes que fueron ya  formalizados este martes. La fiscalía ofreció un acuerdo que consideraba presidio de todas maneras, lo cual por cierto fue rechazado por los tres, iniciándose así la respectiva investigación que el 16 de agosto tiene una audiencia de preparación de juicio.

Paradójicamente, los chicos fueron formalizados junto a otros cuatro imputados, estando tres de ellos por causas relacionadas a VIF (Violencia Intrafamiliar). Según consta en la audiencia, había suficientes antecedentes que demostraban que lamentablemente ellos sí representaban una clara amenaza para sus víctimas, pero que sin embargo para el Representante del Ministerio Público tan sólo correspondía a cargos por “lesiones menos leves”, y pedía para ellos una pena de doscientos e incluso menos días de presidio. Mientras tanto, para los chicos, acusados de tres rayados con plumón, con daños avaluados según el parte en quinientos mil pesos, se solicitaron trescientos días de presidio. Esta es la paradoja del sistema judicial vigente en Chile, donde una vez más queda de manifiesto que la propiedad privada vale más y debe ser más resguardada que la vida de las personas.

Para el Abogado de los tres jóvenes detenidos, Rodrigo Román “esta causa no representa nada más que un juicio político.”  Y es que el dueño del bus no es la parte querellante, sino que ha sido la Fiscalía quien tomó el parte de la denuncia de los daños del bus realizada en Carabineros por el conductor, y formuló los cargos por daños. Eloísa González, ex vocera de la Aces y una de las formalizadas, declara que los motivos que tuvieron para rechazar las negociaciones con la Fiscalía fue el amparo que el Estado le ha dado al recorrido del bus y su discurso de odio, señalando que “no aceptamos un acuerdo con la Fiscalía porque encontramos que la connotación pública que ha tomado, y las acusaciones que se nos están haciendo con respecto a los rayados, tienen que ver con que este no es cualquier bus. Es un bus que promueve la violencia de género, que promueve la transfobia, que promueve la homofobia tras discursos como la libertad de expresión. Y en ese sentido  nosotros no vamos a aceptar ni acuerdos ni medidas como las que se han tomado en nuestro caso, porque consideramos que frente a este tipo de violación a los Derechos Humanos a este tipo de abusos, la protesta es una herramienta legítima y necesaria”.

*El texto fue recogido y autorizado para ser reproducido de forma íntegra a través de este medio regional por la Revista MALA para mentes subversivas

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