Así revelan datos del informe de la Subsecretaria de Redes Asistenciales enviado al Congreso el cual afirma que 24.817 personas fallecieron durante 2016, de ellas 22.459 esperando una consulta médica y 2358 esperando una cirugía.
Los indicadores se tomaron de los 29 servicio de salud que existen en el país los cuales además arrojan que un 52,6% son hombres y que el 74,4% de los fallecidos son personas mayores de 65 años.
La Subsecretaría al ser requerida por estos datos declara en El Mercurio que “la relación entre la causa de la muerte y el motivo de la espera, no es posible establecerla como causalidad de manera directa”.
La región del Maule, la segunda con más muertes por esperas de consultas
Desglosados los datos, la Región del Maule aparece en el segundo lugar con más personas fallecidas esperando consultas (2141) por detrás de la zona Metropolitana sur oriente (2363) y sobre la Zona Metropolitana Central (2122), Zona Metropolitana Occidente (1866), Zona Metropolitana Norte(1751), Zona Metropolitana Sur-Oriente (1380), Viña del Mar-Quillota(1091); Coquimbo (726), Concepción (702) y Ñuble (675),
Por último respecto a las personas fallecidas esperando cirugías, la Región del Maule aparece en el cuarto lugar con 141 muertes, solo superada por Valparaiso (276), Zona Metropolitana Sur (167) y Viña del Mar-Quillota (163), más abajo aparecen las zonas Metropolitanas, Sur Oriente, Norte y Oriente con 127, 124 y 122 personas fallecidas respectivamente, por último dentro de las zonas con más alto número de fallecidos en éste item aparece Araucanía Sur (116), Aconcagua (102) y Concepción (94).
El problema de las listas de espera
Al respecto Radio Villa Francia señala; Fue en diciembre del año 2011 cuando el Ministro de Salud de ese entonces, Jaime Mañalich, anunciaba ante los medios el cumplimiento de una meta clave en el sistema de salud; el fin de las listas de espera del sistema AUGE.
En ese entonces, un reportaje de CIPER reveló que la drástica disminución en las listas de espera se debió a un “cambio de un componente importante de la reducción de la lista de espera son casos que salieron sin atención médica porque fueron considerados ‘excepciones’ y, por otra parte, porque había pacientes que habían sido atendidos fuera de plazo pero que aún figuraban en espera”. En estricto, hubo un cambio metodológico el que estuvo acompañado de una estrategia comunicacional de “promesa cumplida”.(ver reportaje)
Sin embargo el problema hasta el día de hoy continúa, y así se evidencia en cuanto al programa AUGE – GES. Principalmente esto se debe, según el informe que ha sido discutido en la “Comisión especial investigadora de los actos del gobierno relacionados con la dictación de los Decretos supremos GES” de la Cámara baja, a que el decreto que da vida a la prestación de servicios de salud (AUGE – GES) señala que los incumplimientos deberán establecerse en base al reclamo de los pacientes que no han sido atendidos, es decir, “de no recibir atención dentro de los plazos perentorios (30 días) establecidos en la ley, la persona debe interponer un reclamo ante la Superintendencia“. El problema principal es que los reclamos son muy pocos y la razón de esto se debe a múltiples factores -entre ellos que la persona ya falleció-. Por ejemplo -y según el informe de la Comisión- en el último informe de la Superintendencia de salud, solo en julio del año 2016 (por Siges), aparecen 11.745 personas con garantías retrasadas o incumplidas. Pero en el caso de Fonasa, en el mismo año 2016, solo 49 personas de estas habían reclamado. (ver informe).
A esto se suma la compleja situación en la falta de especialistas en el sistema de salud pública y al diseño privatizador de la salud de los últimos 30 años, que ha generado incentivos perversos en el área de la salud pública a favor de la salud privada.