El avance electoral de las fuerzas transformadoras. Del 5.1% al 33.3% en 33 años.

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Para quienes queremos transformar el sistema hegemónico en Chile, siempre ha existido un debate en torno a si disputar o no las elecciones.

Cualquier presidente(a) que quiera materializar su programa, necesitara si o si, una mayoría parlamentaria que le permita ejecutarlo, por lo que el parlamento es el lugar donde se toman finalmente las decisiones de cómo se va a materializar la política chilena. Como nuestra intención es analizar el comportamiento electoral nacional, utilizaremos como base de análisis la cámara de diputados y diputadas.

En los últimos 33 años podemos apreciar 3 momentos:

  • En las elecciones de la vuelta a la democracia (1989 – 1993 – 1997) con un sistema binominal, distintas colectividades transformadoras decidieron disputar las elecciones (PC, PCAP, MAPU, MIR, IC, PH, ECO), donde tuvieron una representación minoritaria, pero con un constante avance en cada elección (5.31% – 7.82% – 10.14%).
  • Posteriormente en las elecciones de la primera década del 2000 (2001 – 2005 – 2009) hubo un retroceso y un estancamiento en el ámbito electoral (6.35% – 7.4% – 6.99%). Muchas fuerzas dejaron de disputar las elecciones (prácticamente quedaron solo el PC y el PH), y solo el 2009 empezaron a surgir nuevas propuestas políticas que decidieron ir por lo electoral.
  • Finalmente, en las elecciones de la última década (2013 – 2017 – 2022), se vio un auge explosivo de nuevos movimientos políticos con vocación transformadora que disputaron las elecciones, el 2013 aun con el binominal, los resultados se duplicaron (14,78%), y el 2017 y 2021, con un nuevo sistema electoral menos restrictivo, se volvieron a duplicar (28,27% y 33,3%).

A pesar del aumento considerable de las preferencias electorales, estas no se materializan en su totalidad en el parlamento (estamos subrepresentad@s), la razón a simple vista es la dispersión de listas de las fuerzas políticas en la disputa electoral (¿Falta de estrategia en la disputa electoral? O ¿Tozudez ideológica?).

Se dice que Chile tiene una cultura leguleya e institucional, y hoy después de una derrota electoral en plebiscito de salida constituyente, que tiene a los conservadores en el Monte Olimpo, y a las fuerzas de cambio cuestionándose todo (corresponde), es necesario volver a preguntarnos ¿Es la disputa institucional una herramienta para tensionar las transformaciones sociales?
Los datos están sobre la mesa.

Ricardo Venegas Lara

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