Nuestro medio de comunicación Ruil.cl, sostuvo una entrevista con profesor e investigador Claudio Peña Bravo, maulino y autor del libro “Del Potrero a la Población: tres experiencias de organización comunitaria en Talca”. Quisimos conocer un poco más sobre este trabajo, cuyo prólogo de manos de Mario Garcés Durán -Doctor en Historia del la Universidad de Santiago de Chile- nos cuenta que “se narran las historias de tres poblaciones talquinas que, de alguna manera se corresponden con tres etapas o momentos de la política de la vivienda en Chile. La Población Argentina que surge a instancias de la Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas (CANAEMPU) en 1962; la Población Brilla El Sol, que nace como producto de los temporales de 1965 y de la política democratacristiana bajo el gobierno de Eduardo Frei M; y la Población José Miguel Carrera, con un doble origen, una Cooperativa de principios de los años sesenta y dos tomas de terrenos en los años setenta -4 de Septiembre y Che Guevara- en plena Unidad Popular”
En entrevista el autor nos cuenta que el libro responde a una necesidad, y en parte a una deuda, que tiene el mundo universitario con el resto de la sociedad, que es compartir sus conocimientos y ponerlos a disposición como un aporte a la resolución de las problemáticas actuales. Está enmarcado en una adaptación de una investigación para obtener el grado de magíster en historia y es financiado por el Fondo del Libro y la Lectura, la tesis inicial, titulada “Nuevos barrios en la ciudad de Talca: espacios de asociatividad, organización y prácticas de convivencia vecinal (1962-1973)”, sin embargo experimentó transformaciones que permitieran una lectura más fluida, menos técnica y menos teórica, para lo cual fue fundamental el trabajo de Editorial Deriva y de Jonathan Opazo en su trabajo de edición.
En lo que respecta al proceso de investigación esta tuvo una duración de 2 años (2018 y 2019), mientras que la adaptación al formato final del libro se realizó el año 2021. El auto destaca dentro del trabajo la posibilidad de realizar entrevistas “el proceso de entrevistas a las personas que vivieron esta parte de la historia en primera persona, primero dar con ellas solamente recurriendo a la ayuda y a la memoria de vecinos, luego conocer sus experiencias de vida enmarcadas en procesos a nivel nacional, sus expectativas, sus sentires, sus recuerdos. Conocerlos a ellos y a ellas fue, sin duda, una experiencia muy enriquecedora y creo que este es uno de los aspectos más importantes del libro”. Además, nos cuenta que la recolección de fuentes primarias en la capital regional del Maule fue interesante, ya que descubrió una gran cantidad de archivos y material, como las actas municipales de los años 50’ y 60’ en adelante, la gran cantidad de material que resguarda el Centro de Documentación Patrimonial de la Universidad de Talca, donde se puede revisar el diario La Mañana, sin tener que ir al Archivo Nacional en Santiago, lo cual es una gran ayuda para alguien de región y para la investigación histórica local.
Al ser consultado sobre la motivación nos señala que fue “buscar respuesta a dos preguntas en apariencia sencillas, pero que se complejizan en la medida que se van profundizando: ¿cómo era antiguamente la vida de barrio y cuánto ha cambiado?; y la segunda, ¿cómo se organizaban las personas y cuáles eran las características de dichas organizaciones? Entonces, es la búsqueda de esas relaciones sociales lo que motiva la investigación, no como una mera cuestión romántica o de idealización del pasado, sino que la búsqueda concreta de formas de convivencia menos individualistas, más solidarias y a la vez eficaces a la hora de resolver problemáticas comunes en forma colectiva”. Otro propósito de la investigación es aportar al conocimiento de la historia local, sumándose a trabajos previos como el libro “Espacio vivido. Poblaciones obreras de Talca” o “Santa Ana, donde la ciudad tiene memoria”, considerándose que “se conoce muy poco sobre la historia de Talca o del Maule, pues normalmente cuando hablamos de historia pensamos en una historia nacional que se ha ido conformando principalmente con investigaciones realizadas en Santiago, las cuales sin duda son muy importantes, pero han dejado de lado las particularidades propias de los demás territorios del país”, comenta.
Con este libro nos vemos invitados a reflexionar y cuestionar las formas de organización, y la composición que hoy por hoy tiene la vida en comunidad en las poblaciones, “hoy en día en la mayoría de las poblaciones los vecinos no se relacionan entre sí, muchas veces ni siquiera saben sus nombres, nunca han hecho algo en conjunto, no hay juegos entre los niños”, señala el autor, y agrega que el sistema de vivienda, por medio de subsidios y el endeudamiento, favorece esta desarticulación, quitando espacio a la vida en comunidad “eso puede significar un problema en distintos niveles, tanto desde lo más simple como la mala convivencia, a el aumento de la delincuencia e incluso el distanciamiento de los temas comunes, de la toma de decisiones, en el fondo de lo político. Esto sin duda se puede relacionar con la coyuntura política actual. Sin embargo, hoy en día aún se pueden identificar expresiones sociales similares a las relatadas en este libro, sobre todo desde los últimos 10 o 12 años, como si las prácticas sociales hubiesen reaparecido, como si la ciudadanía las hubiese recordado luego de un tiempo, por ejemplo la organización, la asociatividad, hablar de lo político, construir proyectos en conjunto. Quizás hoy no giran tanto en torno a la vivienda y la urbanización, lo hacen en torno al medio ambiente y a otros temas, pero en el fondo apunta a los mismo: un buen vivir, una vida más digna”.
También hablamos de los aprendizajes que se pueden obtener de las tres experiencias comunitarias que investiga este libro, para eso refiere que nunca se deja de aprender de la historia, destacando dos elementos como fundamentales, uno de ellos es “la capacidad organizativa de los pobladores, la cual se manifestaba en diversos tipos de asociaciones: comités sin casa, centros vecinales, clubes de fútbol, centros de madres y otras organizaciones transversales que incluían centros de padres, feriantes, etc. Todas ellas buscaban dar solución a necesidades concretas, desde tomarse un terreno para construir una casa, hacer una fiesta para juntar fondos, ripiar las calles, hasta armar partidos de fútbol con vecinos de otras poblaciones. Lo importante era dar respuesta a necesidades y a expectativas de vida, para lo cual a veces la estrategia de los vecinos se basaba en la autogestión, mientras otras consistían en demandar y presionar al Estado para encontrar la solución a las problemáticas. Eso podía variar”, comenta y agrega que el otro aprendizaje “es la construcción de comunidad por parte de los sujetos; crear espacios de sociabilidad, estrechar lazos de amistad y afecto, apoyarse mutuamente, compartir lo cotidiano, trabajar en conjunto por un proyecto común”.
Entre los desafíos que aún existen para investigar, profundizar y visibilizar, señala temas como la migración campo-ciudad, crecimiento urbano (como este caso), industrialización, movimientos de trabajadores, mundo campesino, la producción agrícola durante la colonia y mestizaje.
Finalmente, para quienes estén interesados en adquirir el libro, les contamos que está disponible en la página de la editorial: editorialderiva.org o bien se puede obtener escribiendo al correo cpenabravo@gmail.com. Se espera pronto contar con ejemplares en librerías y ferias de la capital regional. También se entregarán en las juntas de vecinos de las poblaciones estudiadas, en establecimientos educacionales de Talca y en las bibliotecas públicas. Este sábado 2 de abril, a las 11:00 hrs., se realizará una presentación en la sede vecinal de Villa La Florida, donde se podrá acceder a copias de la publicación.

Jonathan Opazo es Coautor de “Espacio vivido. Poblaciones obreras de Talca”