El 25 de Junio de 1989 en la ciudad de Talca quedaba al descubierto uno de los hechos criminales más recordados del las últimas décadas en el país y sobre todo en la región. Hecho que daría pasa a una investigación que avanzaba lento, con procedimiento declarados ilegales, situaciones de extorción e incluso culpables que luego se sabría eran inocentes.
En efecto, un 25 de Junio de 1989, unos niños que jugaban cerca del Canal Baeza dieron con un cuerpo sin vida, que resultaría ser el de María Soledad Opazo, de entonces 19 años. Así se daba cuenta de un crimen sangriento y de un enigma policial aún sin resolver y por ello tampoco sin justicia para la víctima y su familia.
El asesinato de la joven coincidió con la noche de San Juan, momento en que la víctima, volvía a su casa luego de haber ido a una fiesta, instante en que fue perseguida y hostigada por tres personas que se encontraban en un vehículo, los que sin motivo aparente comienzan a agredirla, para incluso apuñalarla para finalmente lanzar el cuerpo sin ropa al Canal Baeza para hacer desaparecer cualquier rastro de la escena del crimen.
La madre de María Soledad, Gladys, diría a la televisión en 2014 que ese día 25 de Junio en horas de la mañana había ido a un almacén como normalmente hacía. Ahí fue donde escuchó por primera vez de un asesinato ocurrido la noche anterior en las inmediaciones del Puente La Calchona. En ese momento dijo que tuvo la intuición de que la víctima era su hija, lo que más tarde le sería confirmado por una vecina.
El horrendo crimen no tardó en llamar y captar la atención de los pobladores de Talca y así también fue cubierto por los medios de comunicación de la época, como es el caso del extinto Diario El Centro que siguió paso a paso la investigación que avanzando el tiempo seguía sin dar respuestas a los sucedido con María Soledad.
Los primero resultados de la investigación se dieron en medio de una gran presión mediática y de la opinión pública, medio año después del hecho al ser detenidos en Enero de 1990 los supuestos asesinos: Juan Manuel C., Víctor O. y José S. Los que siempre señalaron ser inocentes, incluso uno de ellos comentó, que al ser detenido en su casa fue al instante “cargado” con el crimen. incluso al ser interrogado sobre sus quienes eran sus amigos cercanos, dio paso a que dos de los nombrados fueran detenidos junto a él por la PDI. Ya detenidos serían insultados, y fuertemente golpeados incluso siendo objeto de electrocución para que declararan haber sido culpables del crimen que más tarde se sabría no habían cometido.
la inocencia de estos inculpados solo se dio cuatro después gracias a su abogado Roberto Celedón, quien logró la libertad de los erróneamente inculpados al probar que ninguno tenía relación directa o indirecta con el lugar en donde se dio el crimen. Incluso Gladys, la madre de la víctima, creía que la falsa acusación contra estos jóvenes fueron para despistar la línea de investigación con el fin de no dar con los verdaderos responsables, los que se presume eran personas que a la época poseían un “alto estatus social”.
Al día de hoy aún el crimen está cerrado y aún no tiene responsables, marcando década de injusticia y preguntas sin respuesta respecto a los responsables , no solo del asesinato, sino que a la presumible influencia del dinero que dejaron este femicidio sin justicia y a tres personas inocentes y a una familia marcada.
Fuente: La Tercera – Qué Talca
Comentarios