Un reportaje de Ciper dejó al descubierto un nuevo montaje de carabineros, esta vez para encubrir a un funcionario policial que, acompañado de otro colega y dos mujeres, le disparó en la cabeza a un joven el 19 de de abril, lo que justificó diciendo que lo habían intentado asaltar, siendo así establecido además por la SIP de su unidad pero que tras una querella presentada por la familia de la victima y diligencias de la PDI se descubrió que la historia del carabinero era falsa.
Los hechos se dieron en el Cerro Blanco, Recoleta, cuando la víctima, Yefri Figueroa Rojas (20 años) se encontraba junto a su tres primos celebrando la llegada de uno de ellos al país desde Perú con una caja de vino. En el mismo momento y en la cima de dicho cerro se encontraban en otra fiesta el cabo primero de la 6ta comisaría de Recoleta, Jorge Ulloa (27 años), junto al carabinero de la subcomisaría de Recoleta Sur, Paulo Del Campo (26). Los acompañaban dos mujeres civiles.
Ante de la pelea en que se dio el trágico hecho, Ulloa le había quitado el cargador al arma de Del Campo cuando este la sacó para lucirla e incluso pasársela a las mujeres que los acompañaban, ya acabado el whisky que bebían decidieron bajar del cerro a la 01:45 hrs., mientras Yefri y sus primos hacían lo propio cerca de la 01:30 hrs. luego de que guardias así se los pidieran. al llegar al portón de salida se encontraron con el auto gris de los uniformados que habían pinchado.
Sobre las razones de la pelea no existe clara certeza, los primos de Yefri declararon que todo se dio cuando uno de los uniformados los comenzó a insultar por su nacionalidad peruana, “Sale de aquí, peruano conchetumadre”, a lo que la víctima respondió “¿Qué te pasa, por qué nos levantas la madre?”. Fernando Argomedo, uno de los primos, señaló que todo comenzó como una pelea entre borrachos.
Ciper señala que todos los antecedentes dicen que todo inicio como una pelea de puños y patadas, pero que fue de Del Campo el que sacó un arma “Vi que el Paulo ingresó al automóvil y extrajo el palo tipo luma color negro que yo había visto con anterioridad delante del asiento del chofer, con el cual tuvo intenciones claras de agredir a los otros sujetos, pero se le cayó y este fue tomado por uno de los atacantes con el cual intentaba agredir a Paulo” dijo una de las acompañantes.
Otro de los primos, Abraham Sánchez, afirmó que “Saca un arma tipo pistola desde su cintura y apunta hacia Yefri y sin decir nada, le dispara”. Lo mismo dice una amiga del uniformado: “Es en ese momento que Jorge saca su pistola, y solo escucho un disparo”. Uno de los guardia del cerro dijo: “Opté por cuidar mi integridad y me acerqué a cerrar la reja de acceso peatonal y en ese instante, estando de espalda a la pelea, sentí un disparo, al mirar hacia el lugar observé que el grupo de peruanos corrió hacia Recoleta y que uno de los sujetos se encontraba tendido en el suelo, y el carabinero haciendo unos llamados telefónicos desconozco a quién, pero mantenía en sus manos la pistola”.
En ese momento y pistola en mano, el cabo Ulloa llamó a sus colegas carabineros para denunciar que lo habían intentado asaltar mientras Yefri se encontraba de rodillas con la cabeza colgando y la manos apoyadas en el suelo sobre un charco de sangre.
El montaje.
Pese a lo sucedido lo que el cabo Ulloa informó a los carabineros que llegaron al lugar a las 02:00 hrs. fue que estuvo bebiendo con unas amigas en el departamento de una de ellas que está cerca del lugar y que de regreso a la comisaría donde pasa sus noches, un grupo de peruanos lo habría querido asaltar “Uno lo toma del cuello y los otros dos lo amenazan con un palo y un cuchillo, pero él camina hacia atrás y se logra soltar, extrae su arma e inmediatamente efectúa un disparo, sin recordar dónde ni a quién”.
Mientras Ulloa contaba la historia a carabineros, antes, y en complicidad con Ulloa, el cabo de Del Campo se había ido con las mujeres en el auto en contra del tránsito por la calle Santos Dumont topándose con una radio patrulla, ahí se da la primera contradicción policial por la declaración de los cabos del vehículo policial, pues el cabo primero Rodrigo Penela, de la Tenencia El Salto, en su declaración dijo que al cruzarse con de Del Campo este le dijo “está todo tranquilo”. Por su parte su compañero, el carabinero Bastián Cuevas, dijo que lo que de Del Campo le dijo fue “un poco más atrás, por Santos Dumont, están asaltando a una persona”.
Por su parte Del Campo declararía más adelante que nunca estuvo en el lugar de los hechos, ya que se encontraba de visita donde una tía en Maipú.
La investigación iniciada en un principio por la Fiscalía Centro Norte formalizó la tarde del 19 de abril a Yefri Figueroa por robo con intimidación y se declaró ajustada a derecho su detención, los registros oficiales de carabinero no presentaban grietas para que no se dieran así las cosas en contra de la víctima. El 22 de abril se decretó la libertad de Figueroa, ya que “el imputado se encuentra en coma inducido en el hospital”.
La propia investigación de la SIP de la 6° Comisaría de Recoleta de carabineros no cuestionó los hechos declarados por Ulloa. El suboficial Muñoz declaró que “respecto al empadronamiento en el lugar este no fue posible realizarlo, porque no habían personas que pudieran haber facilitado información relevante a la investigación, pero sí recuerdo haber hablado con un guardia del Cerro Blanco, pero la consulta se limitó a conocer la existencia de cámaras, y al no tener respuesta favorable no consigné sus nombres“.
Todo dio un giro cuando la familia de Yefri presentó una querella el 22 de abril en contra de quienes resultaran responsables acompañando los testimonios de los primeros de Figueroa y solicitando tomar declaraciones a los guardias del cerro.
Las diligencias fueron realizadas por personal de la PDI quienes además entrevistaron a otros funcionarios de carabineros quienes admitieron que las cosas fueron “extrañas”. Es más, el cabo Ulloa luego de un sumario fue dado de baja el mismo 19 de abril pero por haber estado bebiendo durante el toque de queda de civil y haber hecho uso de su arma. Nada relacionado con el homicidio frustrado y obstrucción a la investigación por lo cual sería posteriormente formalizado.
Finalmente fueron las conversaciones telefónicas intervenidas entre junio y julio del ex cabo Jorge Ulloa y del carabinero Paulo Del Campo lo que permitieron a fiscalía comprender el montaje realizado por carabineros.
Un ad esas conversaciones fechada el 9 de abril daba cuenta de como el cabo Penela y Del Campo se pusieron de acuerdo para mantener la mentira, consigna Ciper sobre esta:
– Penela: Oye ¿has ido a declarar a la Fiscalía tú o no?
– Del Campo: Yo si fui el otro día, no me hicieron todas las consultas, pero yo le dije que fui a donde mi tía no mas po, mi versión, el weón me intentó sacar mentiras por verdad todo el rato y no me caí en ningún rato, no me caí en nada, y mi versión porque yo fui donde mi tía ese día, de tal hora a tal hora, y el weón por lo que me estaba webiando es por el toque de queda, pero no tienen nada, no tienen videos, no tienen patente, no tienen nada, no tienen nada , nada, nada. Solamente me dijo usted sabe porque viene acá, yo le dije .. tendrá que ser por los rumores que hay porque hay hartos rumores, pero eso nada más.
– Penela: Sí, a mí me llamó el que andaba conmigo, que estaba citado para el 15 para esclarecer unos hechos.
– Del Campo: Yaaaaaaa.
– Penela: No cacho qué onda, yo le deje todo claro al weón po.
– Del Campo: Oiga y ¿a su colega igual lo llamaron?
– Penela: Si po, pero los dos estamos claros en lo que tenemos que decir.
La conversación terminó cuando el cabo Penela manifestó un deseo: “La idea es que no caguemos, po weón”.
Nada dio resultado ya que todos fueron finalmente descubiertos en las mentiras que intentaron establecer como verdad para encubrir el crimen.
“El carabinero Del Campo también fue dado de baja y la Fiscalía lo tenía cercado. En una audiencia que se desarrolló el pasado viernes 9 de octubre el ex cabo Jorge Ulloa fue formalizado por homicidio frustrado y obstrucción a la justicia, y Del Campo fue formalizado por los mismos cargos, pero en calidad de encubridor. Ambos quedaron en prisión preventiva. Mientras que el cabo Penela y el cabo segundo Roberto López, también de la 6ta comisaría de Recoleta y que la madrugada del 19 de abril estuvo a cargo del procedimiento, quedaron con arresto domiciliario nocturno, acusados de obstrucción a la justicia.”
La formalización de los carabineros imputados señala sobre lo sucedido esa madrugada de abril que el cabo López a cargo del procedimiento no solo no consideró las declaraciones de los primos de Yefri sino que además no los empadronó ni tomó datos, así como tampoco de los guardias del cerro a los que “incluso les indicó que no dejaran constancia en el libro de novedades de lo sucedido” sumado a ello carabineros “negó expresamente la existencia de testigos en el lugar, a pesar de que le constaba lo contrario, desobedeciendo incluso una orden de un superior jerárquico que le dispuso informar todos los detalles a la Fiscalía, cuestión que no hizo”.
Nicolás Pávez, abogado de la familia de Yefri Figueroa, en conversación con Ciper fue claro en señalar que se ha hecho común que cuando carabineros investiga delitos en que están involucrados personas de su institución, no realiza bien los procedimientos “esto refleja la absoluta convicción con la que actúa hoy en día Carabineros de Chile. No estoy seguro que todo el mundo sea consciente de la gravedad de vivir en un país donde ya no podemos confiar en nuestras policías. Sentir que mañana me puede detener un carabinero, y que eso produzca miedo, no seguridad. Creo que eso es de una dimensión y gravedad que como sociedad no hemos dimensionado”.
Mientra la víctima, Yefri Figueroa, se encuentra se encuentra en su casa “Tiene movilidad parcial de brazos y piernas, pero no logra sentarse. Hace poco comenzó a hablar. Los médicos aún evalúan las secuelas que arrastrará durante toda su vida” señala Ciper.
Fuente; Ciper Chile