La impactante información fue revelada por el medio de investigación periodística CIPER Chile, que obtuvo los datos luego de una solicitud de Transparencia, revelando que la policía militarizada disparó en total más de 150 mil tiros de escopeta entre octubre y diciembre del año pasado en contexto de revuelta, concentrando el mayor número entre octubre y noviembre donde a su vez se registraron 126 y 214 víctimas de lesiones oculares en ambos meses respectivamente.
Uso indiscriminado de las escopetas anti disturbios, sin respeto de los protocolos, y en contra de manifestantes, fue la marca de la institución policial durante el estallido de la revuelta popular de octubre con el lamentable saldo de víctimas de lesiones oculares que se sumaron a los múltiples hechos de violaciones derechos humanos perpetrados por agentes del régimen.
Respecto al uso de dichas armas fue que Ciper Chile a través de Transparencia obtuvo la información sobre el número de cartuchos disparados por la policía militarizada en contexto de revuelta a la vez que explica las ordenes impartidas, munición ocupada, el no respeto de protocolos ni preocupación por re educar al personal policial en el uso de los elementos anti disturbios para no causar lesiones graves.
Ya con 29 víctimas de lesiones oculares, el 23 de Octubre el General Rozas pedía por medio de un oficio pidió más material a Andrés Chadwick: porque “Los niveles de existencia se encuentran actualmente con quiebre de stock”, consigna Ciper, lo cual se tradujo en “cinco mil cartuchos lacrimógenos de 37 milímetros y un número idéntico de granadas de gas irritante CS” para enfrentar la contingencia, decía Rozas.
El saldo de las primeras dos semanas de protestas respecto a cartuchos calibre 12 percutidos fue de 104.341, lo que se tradujo en 1.252.092 perdigones (12 proyectiles por cartucho) disparados desde las escopetas institucionales. Datos que “en comparación con el mismo mes de 2018, en octubre de 2019 también se dispararon más cartuchos de 9mm: 419 (el año anterior se habían usado 289). Asimismo, aumentó el uso de la munición .38 (de 29 a 77 unidades), pero bajó el de los cartuchos calibre 12 con perdigón de plomo N° 4 (de 40 a 8).”
Este aumento a su vez se tradujo en el lamentable saldo de 126 personas con algún trauma ocular y otras 276 que denunciaban laceraciones múltiples en su cuerpo, debido a perdigones. A ello se agregan otras 38 con heridas de bala consignaban reportes del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). En noviembre las personas con lesiones oculares casi se había duplicado registrándose 214 víctimas.
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