El incómodo silencio de los académicos de la Universidad de Talca, la “mejor estatal de regiones”.

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Ya van cuatro semanas de paralización de actividades académicas por parte de las y los estudiantes de la universidad de Talca, ¿Las demandas?: Asegurar conexión y equipos tecnológico a aquellos estudiantes que no los tengan y por consecuencia no pueden estudiar bajo estas condiciones de “educación online”; Flexibilidad académica y protocolos de material educativo necesario para poder aprender los contenidos de manera óptima (académicos no suben clases, ni material de estudio necesario para estudiar); flexibilidad y diversidad en los instrumentos de evaluación (una prueba en tu casa, con problemas de conexión por tu entorno geográfico y climático no se puede realizar en 2 horas); disminuir carga académica por el contexto pandemia (¿Quién se puede concentrar encerrado en la casa sin poder salir y viviendo en el país que tiene más contagios en el mundo por millón de habitantes?); y por ultima una disminución en los aranceles de las carreras (Hoy la universidad lo único que nos entrega son las plataformas virtuales y el acceso a los académicos).

Todas estas demandas propias del “sentido común” en un contexto de pandemia y estado de excepción, fueron rechazadas o burocratizadas por el consejo académico de la universidad de Talca, teniendo como argumento la falta de recursos económicos de la institución. Pareciera ser, que los altos sueldos de los directivos, decanatos, vicerrectorías y rectoría (sueldos que van desde los 5.000.00 a los 11.000.00), han segado el sentido común de las autoridades, restringiéndoles de entender la realidad de la gran mayoría de los estudiantes de esta institución universitaria, que cuenta con un 88% de la población estudiantil dependientes de becas, préstamos y beneficios estatales para poder estudiar.

Otro de los argumentos esgrimidos por la institución para mantener la carga académica intacta, es su “compromiso con una educación de excelencia para sus estudiantes”. Lo cierto es que en la construcción de esta “educación de excelencia” en los más de 25 años que lleva el rector Álvaro Rojas como cabeza de institución (Sí, tenemos un rector que lleva más tiempo que Pinochet en el poder). La universidad de Talca y sus profesionales no han sido capaces de revertir la precariedad laboral de los habitantes de la región del Maule (que tiene uno de los sueldos promedios más bajos en Chile, que es de 440.600), ni tampoco mejorar los índices de desarrollo humano de nuestra región (somos la penúltima región en índice de desarrollo humano en el país).

Entonces, ¿Qué tan buena es realmente la educación de nuestra institución universitaria? Desde hace ya bastantes años que los y las estudiantes estamos pidiendo una educación que nos permita ser agentes transformadores de nuestra realidad y No simple mano de obra necesaria para que “los empresarios puedan hacer surgir el país” que es la educación de excelencia que nos brinda nuestra casa de estudios.

Una de las grandes voces ausentes en el conflicto interno que tenemos hoy en la universidad de Talca son los académicos, cuestión que no deja de sorprender, debido al alto nivel de capacitación que existe en estos y a que son uno de los estamentos más afectados por las condiciones educativas que tenemos hoy en la universidad, con altas horas de trabajo tanto a nivel de formación como de investigación, las cuales han tenido que aumentar producto del “trabajo en casa” lo que a significado un deterioro en sus condiciones de salud mental (al igual que los estudiantes). Entonces ¿Qué está pasando con los académicos de la universidad de Talca? Son ¿Cómplices? O ¿Tienen miedo al autoritarismo del rector Rojas?.

Hoy las y los estudiantes y académicos de la universidad de Talca la estamos pasando mal, nuestra salud mental deteriorada no solo por las consecuencias de la pandemia global que estamos viviendo, sino también, por la insensibilidad y falta de sentido común de la cúpula directiva de la Utal, que con sus sueldos millonarios, no son conscientes de la realidad que vivimos la mayoría de los agentes utalinos y que lo único que pedimos es un poco de tranquilidad en estos momentos difíciles para todas y todos los chilenos.

Desde mi opinión, urge una rotación de personal en los agentes directivos de la universidad de Talca, que nos saque de una vez por todas de este “estancamiento creativo” que tenemos en nuestra institución y que nos mantiene aún en el siglo XX, cuando hay todo un siglo XXI por construir.

Ricardo Venegas
Estudiante Utalca

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