Luego de semanas de violentas protestas en París, y en todo el país europeo, por parte del denominado movimiento de los “Chalecos Amarillos” el Gobierno Francés del derechista Emmanuel Macron decidió suspender por seis meses el alza a los carburantes que detonó las manifestaciones y que se iban a implementar en enero de 2019.
Si bien el movimiento partió solo como respuesta al alza en el precio de loas carburantes, luz y agua, este ya se había planteado exigencias como aumento del poder adquisitivo de los trabajadores y mayores impuestos a los más ricos. Esto último marcó a su vez que sectores de ultraderecha que en un principio se sumaron a las protestas terminaran por alejarse, quedando solo la izquierda francesa respaldando las protestas.
Con ésto las esperanzas del gobierno francés están puestas en que los ánimos se calmen y se disuelva el movimiento cuya original demanda era no aplicar el alza de impuestos que ahora Macron anunció se suspenderán por seis meses, pero junto con ésto también se señaló que se congelarían los precios del gas y electricidad, con la clara intención de acabar con el casi 70% de apoyo que los sondeos muestran hacia las protestas ya que la organización de los “chalecos amarillos” ha llevado a sumar otras demandas de un claro carácter de clase, como la bajada de otras tasas que gravan a las clases trabajadoras, el aumento del salario mínimo y la reintroducción del impuesto sobre la fortuna, y que amenazan con convertir a los chaleco amarillos en un verdadero movimiento antineoliberal y antiburgués que podría expandirse a toda Europa.