Todo nace luego de que el diputado de la UDI Jaime Bellolio señalara por redes sociales que el Gobierno revolucionario de Cuba le impidiera el ingreso a la isla, hecho que incluso repudiaron los referentes del Frente Amplio, Gabriel Boric y Giorgio Jackson, a pesar de que dicho viaje respondía a un nuevo acto de parte de una organización opositora a dicho Gobierno que se dedica a realizar actos para desestabilizar la imagen de la revolución haciendo uso de un premio para invitar a políticos abiertamente anticubanos y entorpecer las relaciones de este país con otros de la región.
La respuesta vino de parte de la embajada de Cuba por la actitud oportunista del Diputado UDI, y similar a la que tuvo Mariana Aylwin en su momento cuando a pesar de haber sido avisada de no poder entrar a la isla viajó de todas formas, quienes de un acto soberano han tratado crear un ambiente contrario a la isla en la opinión pública para que las relaciones con dicho Gobierno se rompan y se unan a la de quienes buscan intervenir en asuntos interno de dicho país del Caribe.
Lo que señaló la embajada de Cuba, consigna El Desconcierto;
Una nueva provocación anticubana se ha intentado orquestar desde el exterior, mediante el otorgamiento de un “premio”, con el objetivo de interferir en los asuntos internos de Cuba, generar inestabilidad, afectar la imagen del país y las relaciones diplomáticas de Cuba con otros Estados.
La operación se ha realizado con el financiamiento y apoyo de la contrarrevolución externa y de otras organizaciones internacionales como la llamada Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), la Fundación para la Democracia Panamericana, la Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo, y utilizando como instrumento un grupúsculo ilegal anticubano. Como ya es habitual en cualquier iniciativa reaccionaria de nuestra región, no faltó el involucramiento del Secretario General de la OEA.
Cabría recordar que el pasado año se intentó una operación similar, en la que además de los ya mencionados participaron el Centro Democracia y Comunidad, el Centro de Estudios y Gestión para el Desarrollo de América Latina (CADAL) y el Instituto Interamericano para la Democracia, del terrorista y agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, quienes se han mantenido activamente trabajando contra Cuba y de quienes se conocen sus vínculos con la Fundación Nacional para la Democracia de Estados Unidos (NED, por sus siglas en inglés), que recibe fondos del gobierno de ese país para implementar sus programas subversivos contra Cuba.
Estas organizaciones tienen sobradas credenciales como agentes de la injerencia y la subversión contra los gobiernos progresistas de Nuestra América con el propósito de destruirlos, para lo cual han dedicado significativos esfuerzos y recursos. Curiosamente, guardan silencio cómplice sobre la amenaza del uso de la fuerza y la instigación reciente de EE.UU a golpes militares contra la República Bolivariana de Venezuela, callan ante los golpes de estado en el continente, no denuncian el hambre y la pobreza, ni la discriminación racial y religiosa que están presentes en nuestra región.
No pueden contar tampoco nuestros pueblos con estas organizaciones y sus personajes para luchar por más justicia social y equidad, para apoyar a los familiares de líderes progresistas, sindicales y periodistas asesinados por sus ideas políticas, ni a otras víctimas del paramilitarismo y el crimen organizado.
Se pretendía esta vez montar un espectáculo que afectase el normal desenvolvimiento de las elecciones generales en Cuba. Las acciones combinaron una estrategia de comunicación, a través de los medios internacionales y redes sociales, con medidas encaminadas a burlar las disposiciones jurídicas de nuestro país, y a restar legitimidad a la justa y legal actuación de nuestras autoridades.
Aunque sabían bien y fueron advertidos de que con estos propósitos no serían bienvenidos en Cuba, Andrés Pastrana Arango y Jorge Fernando Quiroga Ramírez, ex presidentes de Colombia y Bolivia respectivamente y el diputado chileno de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Jaime Bellolio Avaria, se prestaron para participar de esta provocación en el territorio cubano, por lo que, basados en nuestras leyes y en normas internacionales, no se les permitió el ingreso a nuestro país.
Dicha acción se inscribe en la ofensiva imperialista contra los pueblos de América Latina y el Caribe, en la que el gobierno de Estados Unidos ha declarado la relevancia y vigencia de la “Doctrina Monroe”, y ha provocado un retroceso en las relaciones bilaterales con Cuba.
A los protagonistas de esta maniobra no les interesan para nada Cuba y los cubanos, a quienes ofenden al pretender violentar el orden constitucional que libremente hemos elegido. Por eso, han tenido que acudir a recursos y personajes foráneos para procurar sus propósitos.
Cada vez que lo intenten, de esta o de cualquier otra forma, recibirán la respuesta firme de los cubanos que permanecemos unidos y leales a los principios de la Revolución, como lo demostraremos el próximo domingo 11 de marzo, al votar masivamente por los candidatos del pueblo.
¿Que fundación invito a los diputados chilenos?
Consigna Radio Villa Francia; Fundación “Libertad y Vida” ligada a la figura de Oswaldo Payá, fallecido en un accidente el 2012 y conocido opositor cubano y declarado anti castrista quien llegó a ser vice presidente de la Internacional Demócrata de Centro, integrada por partidos de centro derecha de distintas partes del mundo como el PP de España y la DC de varios países, incluyendo Chile. A la que también se sumaba la organización Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, ligada a partidos de derecha en el continente.
¿Es antidemocrática la decisión del Gobierno de Cuba de negar el ingreso a personas que buscan ingresar para servir a actos de intervencionismo en ese país?
Al respecto hay que ser claros en señalar que en la mayoría de los países hay instrumentos jurídicos, muchas veces arbitrarios y discutibles en materia de Derechos Humanos, que permiten a los Estados -representados por los gobiernos de turno- reservarse el derecho de admisión, visar entrada, decretar expulsiones, entre otras medidas en base a una ley de migraciones o de seguridad nacional. En el caso de Chile, aún rige la Ley de Migración de 1974 (Decreto Ley 604). Así por ejemplo ocurrió con 2 jóvenes peruanos que venían a participar en un Encuentro Anarquista, los que fueron expulsados del país sin poder asistir al evento. Lo mismo ocurrió con un periodista italiano quien trabajaba para un sindicato en Chile cubriendo movilizaciones -becado por la UE-, y quien fuera expulsado -por orden de la Intendencia Metropolitana- del país por “participar de actividades anti sistémicas”. Similar caso al vivido por Aylwin y Bellolio vivió la ex Senadora colombiana, Piedad Córdoba, quien iba a asistir a un Foro en Concepción sobre la problemática indígena y mapuche y fue retenida e interrogada en el Aeropuerto de Santiago por el tenor de la actividad a la que asistiría, eso hasta que Córdoba decidió a Colombia sin poder participar del foro.