Ingrid Schlegel, trabajadora social, desde comienzo de años que se ha acercado a los haitianos para conocer de cerca su realidad en la ciudad de Curicó, quienes iban llegando a esta ciudad con el sueño de alcanzar una mejor su situación económica y social, y asegura el me medio regional La Prensa “según mi opinión, los haitianos son más vulnerables que otros inmigrantes”, esto porque considera que lo complejo que se vuelve el idioma se le suma la raza que generaría rechazo entre los chilenos.
En respuesta a lo anterior es que la trabajadora social tomó la iniciativa de realizar las primeras clases para los haitianos de español, iniciativa que ha sido adoptada por fundaciones y municipios. Esto la ha llevado a conocer de cerca la situación tanto en los aspectos positivos, como en los negativos de cientos de inmigrantes que viven en el Maule.
El mismo medio de comunicación da cuenta de una serie de relatos que dan cuenta de lo compleja que se torna la situación para los haitianos. Donde, si bien muchos han logrado conseguir trabajos con empleadores sinceros y arrendatarios honestos, también otros se han enfrentado a inescrupulosos que han abusado de los contextos precarios que viven los extranjeros en nuestro país.
“Nos han llegado denuncias que no les han pagado como corresponde. Gente que trabaja el mes y al momento de pagarle el sueldo mínimo de 260 mil pesos, les pagan 60 mil pesos” asegura Ingrid.
Es más, se apareció en las redes sociales una situación de un joven haitiano que fue violentado en Talca: “en primer lugar, le pagaban 6.000 pesos por 15 días trabajados, de 6 de la mañana a 9 de la noche y cuando fue a cobrar su dinero le pegaron con un palo en su mano”. Esto fue denunciado por su arrendataria en Talca.
A esto hechos se le suman situaciones del día a día, como son: “van a pagar un completo y les cobran 3 mil pesos, porque se dan cuenta de que no hablan español”; “un chico, por ejemplo, estaba buscando arriendo con su esposa e hijo y habla español, entonces llamó por teléfono, y le dijeron que eran 100 mil pesos y que fueran a verlo al otro día. Llegan allá, ven que son haitianos, extranjeros y les dicen ‘no me equivoqué, en verdad son 100 mil pesos, pero por persona”.
Para la trabajadora social considera que “si sabes que en esa pieza se filtra el agua, que es fría, no puedes cobrar 80 mil pesos. Hay casas con 20 o 15 personas haitianas que no están con las condiciones básicas o a veces arriendan un lugar y no les dejan ocupar la cocina, les ponen problemas para ir a bañarse, hasta con los celulares para cargarlos”.
Sin ir más lejos, fue en este contexto que se descubre la historia de dos mujeres haitianas con un bebé de 8 meses vivían en un contexto deplorables en la población Manuel Rodríguez y hoy se realizan gestiones para obtener una mediagua que les permita alcanzar mejores condiciones para vivir.
Otros casos son el del joven haitiano que extravió su teléfono celular en la Alameda y intentó contactarse para recuperarlo, le exigieron un pago de 100 mil y eliminaron todos sus contactos. Y el del chico haitiano que fue golpeado gratuitamente durante la noche, en la Población Camilo Henríquez.
La situación ha llegado al extremo de encontrarse muros en Talca donde se señala: “NO MÁS NEGROS”. “En Curicó hasta ahora nada así. Solo que a veces les gritan en la calle ‘vienen a quitar el trabajo’ y la mayoría son hombres que lo hacen”, comenta Ingrid.
Claramente nos encontramos en una situación de donde las políticas públicas del país no han sido capaces de dar repuesta adecuado con la situación de inmigración que se viene dando hace años en Chile.
¿CÓMO PODEMOS AYUDAR?
Quienes quieran ayudar lo pueden hacer por medio de la Agrupación Acoge Haití, agrupación en la que participa Ingrid, o bien por medio del grupo Curicó Te Recibe. Los dos cuentan con contacto vía Facebook y tiene conocimiento acabado de los requerimientos específicos de la gente