Las Revoluciones

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Revolución, me he detenido hoy a reflexionar acerca de esta palabra, haciendo ésta desde mi propia visión sin recurrir al pensamiento sabio de filósofos y constructores de retórica existencialista, que a través de la historia del ser humano y las sociedades nos han dado solamente citas y momentos lejos de una verdadera revolución.

La revolución, que peyorativamente el poder del estado la bautizó como “pingüina”, en complicidad con el periodismo farandulero, fue una verdadera revolución que por el solo hecho de ser exclusivamente de estudiantes, hasta hoy el poder político de los adultos y económico, no dan respuestas a las demandas de: educación de calidad y gratuita para todos y todas sin exclusión, en una sociedad chilena segregada y discriminatoria, en donde la clase política y la oligarquía de nuestro país construyen “colleges”, para su ralea y al resto, a los “gettos” educacionales.

En el papel, esa sí fue una revolución, en el tiempo no; no cambió nada hasta hoy siguen los “gettos” y los ricos y los políticos siguen en sus “colleges”; una mal llamada “revolución pingüina” pues el estado sigue mercantilizado y la sociedad chilena actuando en la lógica de la libre competencia que tampoco es tal. ¿Entonces en dónde hubo sí revoluciones en Chile en todo este período de historia natural y existencial como país?, entendiendo a la evolución como re-volución y no como in-volución.

El tema mediático es “No + Afp”, otra revolución chilena, que comienza como todas las revoluciones con un gran poder de las masas pero que termina siendo intervenida, infiltrada y permeabilizada por los partidos gobernantes y el estado en su conjunto coadyuvado por el poder económico segregador y latifundista que se apertrechó en esta tierra desde antes de los albores de la llamada patria. Nada cambiará o se harán algunos remilgos que la hagan parecer una re-forma como la de los estudiantes secundarios. Chile no es ni tampoco en lo inmediato será un país revolucionario, mas bien siempre será un estado fascista en donde la “democracia” está salvaguardada por el militarismo y los oligarcas que se enriquecen con el trabajo diario de millones de chilenos y chilenas.

He tomado solamente esos dos casos para ilustrar nuestra escasa vocación de patria revolucionaria, todos los intentos de justicia, igualdad y fraternidad han sido ahogados en sangre como Ranquil o bien ha sido la impasible mirada de los distintos gobiernos que buscan la retribución propia para sacar partido a costo cero.

Alejandro Alarcón Cáceres, Profesor de Artes

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